Algunos la denominaron “la tormenta perfecta” y otros decían que reinaba excesivo alarmismo sobre la llegada del huracán Sandy a la costa este de EE.UU. El mismo que a su paso por el Caribe ya había dejado 26 muertos en Haití, 11 en Cuba y uno en Jamaica.
El hecho es que, el lunes, a partir de las 8 pm, cuando terminó su recorrido marino y tocó tierra el feroz fenómeno de agua y vientos de 125 kilómetros por hora, la opinión era una sola: se trata del peor huracán en muchos años, quizás en varias generaciones. Bastaron pocas horas para comprobarlo.
Resume el testimonio de un hombre curado de espantos, el farero de Montauk Point, una torre con paredes de 2 metros de espesor: “En mis 26 años de oficio he visto muchos huracanes, pero ninguno como este”. Al comprobar que temblaba el edificio que durante más de dos siglos ha desafiado olas y vientos, el farero dejó su puesto y corrió a ampararse en un refugio.
Veinticuatro horas después de haber inundado la legendaria alameda Boardwalk de Atlantic City y azotado los casinos vacíos, el Sandy había dejado 39 muertos, cinco millones de personas sin electricidad, media docena de estados afectados, 13 000 vuelos cancelados, inundados varios túneles de Nueva York y convertidas en piscinas subterráneas siete estaciones del metro. Por primera vez desde el atentado terrorista de septiembre del 2001 la Bolsa no abrió en día laborable, mientras cientos de miles de escolares tomaban vacaciones forzosas y se suspendía la campaña electoral. La víctima más extraña fue un barco construido en 1962 para películas, que naufragó con dos tripulantes a bordo.
Tras la trágica experiencia del huracán Katrina, que en el 2005 anegó a Nueva Orleans y causó pérdidas por USD 80 000 millones, los estadounidenses son más solícitos a la hora de atender las voces de emergencia de las autoridades. Gracias a ello, los pueblos y ciudades de la costa oriental se prepararon con barreras contra las olas, protegieron las ventanas, guardaron los carros bajo techo y evitaron salir a la calle. Con todo, se calcula que el Sandy provocará pérdidas por unos USD 20 000 millones, lo que lo ubica en la lista de los 10 peores huracanes de todos los tiempos en Estados Unidos. Las señales de TV y las transmisiones de Internet mostraron al mundo el azote del huracán en tiempo real. Enfocaron una grúa en Manhattan cuyo brazo se torció y amenazaba con caer desde una altura de 80 pisos sobre la calle.
Es posible que el más egregio damnificado del Sandy sea el candidato republicano a la Presidencia, Mitt Romney. Mientras los congresistas republicanos redujeron el presupuesto de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (Fema), su candidato llegó a proponer desmantelarla y entregarla a las regiones o a contratistas privados.