16 estudiantes de la UDLA atienden de forma gratuita a través de una plataforma que recibe llamadas telefónicas. Foto: cortesía UDLA
La situación que vive el país por efecto del covid-19 ha producido inestabilidad emocional en las personas. Lo identifican profesionales de salud mental, en teleconsultas.
Una mesa nacional de salud mental se instauró en el Comité de Operaciones de Emergencia tras declararse la alerta sanitaria. Ignacia Páez, gerenta de ese proyecto, del Ministerio (MSP), señaló que el objetivo fue garantizar teleasistencia.
Hasta ayer, 1 de mayo del 2020, en un informe se indica que en los últimos 15 días se concretaron 11 875 asistencias en salud mental. La red pública ha usado medios telemáticos para seguir sirviendo a pacientes regulares con primeros auxilios psicológicos, telepsicología y psiquiatría, entre otros. “Por la emergencia, la comunidad está sufriendo traumas”, sostiene Pérez.
Por eso se activó la opción 6 del call center 171, dispuesto por el Gobierno. En esa línea hubo 1 413 atenciones en los 15 días. A cargo están 410 estudiantes y 99 profesionales.
En las atenciones, los profesionales han identificado que el aislamiento causa insomnio o problemas relacionados con el estrés, que son resultado de la crisis económica, aseguran.
Pérez explica que, por estrés, quienes llaman al 171 sufren, por ejemplo, ataques de ansiedad o sudoración de las manos.
En el informe del MSP se lee que la mayoría de atenciones son a causa de estrés grave, trastornos de ansiedad y depresión, otros trastornos relacionados con la pandemia y trastornos del comportamiento debido al consumo de sustancias, en ese orden.
En otros servicios gratuitos, los diagnósticos son similares. Universidades como la Católica y de las Américas también brindan apoyo psicológico.
Edgar Zúñiga, tutor del programa de Teleasistencia Psicológica de la UDLA, comenta que el miedo a la incertidumbre es común en quienes llaman. Por teléfono, un equipo de 16 estudiantes escucha y ayuda, de lunes a viernes.
Ellos realizan una contención emocional, validando las emociones de cada paciente, explica. Si hay taquicardia o ansiedad se enseñan técnicas de respiración. Según el caso se conversa desde 15 minutos hasta una hora.
A través de la Secretaría de Salud del Municipio de Quito, 25 profesionales también atienden cuadros de ansiedad debido al aislamiento prolongado. A través de tres líneas telefónicas escuchan a la ciudadanía, a servidores municipales y a turistas extranjeros.
Médicos particulares coinciden en que la pandemia ha provocado males emocionales.
La psicóloga Verónica Espinosa dice que llegar a empatizar con el paciente es fundamental en esta condición. Pero -anota‑ está comprobado que por medios virtuales el efecto de la terapia es el mismo.
Hasta ayer, 1 de mayo, en Ecuador se registraron 26 336 personas contagiadas con covid-19; hay 1 913 recuperados. “La buena noticia es que se ve una disminución en el número de casos en estos últimos días. No significa que la cosa ha pasado, pero la velocidad de transmisión se ha reducido”, aseguró el viceministro Xavier Solórzano.
La guía del especialista
El ejercicio contrarresta exposición a computador
Carmen Alcívar, psicopedagoga Centro Creer
El encierro lleva a permanecer mucho tiempo frente al computador. Eso implica estar en posiciones estáticas por largo rato.
Cada cierto tiempo en el día, niños y adolescentes deben hacer algún tipo de ejercicio corporal, similar a los que practican en sus clases de educación física en la escuela.
Ayuda mucho trabajar con plastilina o barro para que el niño amase y represente lo que siente, por ejemplo, su temor, a través de la figura de un monstruo. El ejercicio permite sacar las emociones y trabajarlas.
El tiempo en la computadora hace que los ojos de los chicos tengan menos movimientos, hay poco parpadeo y, por lo tanto, menos lubricación. Conviene pararse un rato, asomarse a una ventana y jugar a qué vemos a lo lejos.
Por ejemplo, un miembro de la familia pregunta ¿quién alcanza a ver esos árboles que están en la montaña?, ¿cuántos ven? También se puede ver al cielo.
Luego hay que llevar la vista a lo más cercano que se tenga, así se trabaja el cerca y el lejos. Hay que tomar en cuenta que a través de los músculos de los ojos también se genera tensión.
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