Dormir bien se ha vuelto un desafío en la vida moderna. El estrés diario, el uso excesivo de dispositivos electrónicos y la falta de rutinas nocturnas afectan la calidad del descanso.
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Las claves un buen sueño y dormir mejor
Para enfrentar este problema sin recurrir a suplementos, la neurocientífica Rachel Barr comparte tres estrategias simples pero respaldadas por la ciencia. Estas medidas ayudan a que el cerebro entre en sus ciclos profundos de descanso y mejoran la salud general.
Mantener una temperatura fresca favorece el sueño profundo
La primera recomendación de Barr contra el insomnio apunta a controlar cuidadosamente la temperatura del dormitorio. La especialista sugiere que el ambiente ideal para dormir debe mantenerse entre los 16 y 19 grados celsius. “El cerebro necesita pasar por ritmos y procesos químicos delicados, y para ello requiere una temperatura fresca”, explicó.
Para quienes son más sensibles al frío, Barr aconseja utilizar mantas adicionales o ropa adecuada, en lugar de aumentar la calefacción. Según recordó el diario El Comercio de Lima, “un ambiente fresco favorece la liberación natural de melatonina, la hormona clave para inducir el sueño”, reforzando así la importancia de este factor.
Eliminar distracciones en la cama ayuda a conciliar el sueño
El segundo principio que plantea la neurocientífica es eliminar todas las distracciones que puedan estar presentes en la cama o en el dormitorio. Rachel Barr sostiene que este espacio debe reservarse exclusivamente para dormir. Actividades como ver televisión, revisar el teléfono móvil o mantener conversaciones prolongadas alteran la asociación mental entre la cama y el descanso.
“Se trata de fortalecer la conexión entre el cerebro y la cama como un lugar exclusivo de descanso”, enfatiza Barr. De este modo, el cerebro responde de manera automática al entorno, facilitando la transición hacia un estado de relajación necesario para dormir profundamente.
Horarios constantes refuerzan el ritmo circadiano
La tercera estrategia contra el insomnio se centra en la regularidad de los horarios de sueño. Rachel Barr destaca que mantener un horario fijo para acostarse y levantarse, sin excepciones durante los fines de semana, es crucial para estabilizar los ciclos del sueño. “El cerebro funciona como un jubilado: necesita una rutina predecible para liberar melatonina por la noche y cortisol por la mañana”, señala la experta.
Por otra parte, La Vanguardia de Barcelona, apunta que para librarse del insomnio hay que establecer una rutina nocturna constante ayuda a sincronizar el reloj biológico, facilitando la conciliación del sueño y evitando despertares nocturnos.
Consejos adicionales para un descanso reparador
Fuentes complementarias como MedlinePlus recomiendan crear un ambiente propicio para el descanso, asegurando que la habitación esté oscura, silenciosa y con una temperatura agradable. Asimismo, se aconseja evitar comidas pesadas, la cafeína o el alcohol antes de dormir, ya que estas sustancias pueden interferir con el proceso natural del sueño.
La actividad física regular también contribuye a mejorar la calidad del descanso, aunque es preferible evitar ejercicios intensos cerca de la hora de acostarse. Por último, incorporar hábitos relajantes como leer un libro o practicar técnicas de respiración profunda puede preparar al cuerpo y a la mente para un sueño más reparador.
Dormir bien no es solo una cuestión de cantidad, sino de calidad. Estas sencillas medidas pueden marcar una diferencia significativa, ayudando a millones de personas a recuperar el descanso perdido sin necesidad de recurrir a pastillas o tratamientos invasivos.