La risa en los seres humanos se produce por relaciones sociales más que por broma. Foto: Ben Smith/Flickr
Carcajadas chillonas, otras gruesas, unas un tanto serias y unas tan diferentes que parecen gritos o a veces se confunde con el ronquido de un animal, así hay una risa que distingue a cada persona. Pero cuál es el origen de las risas, ¿te lo has preguntado?
Recuerdas las risitas en secreto con tus amigos en el aula del colegio, cuando el profesor te pedía que hagas silencio o que cuentes el chiste para todos, pues bien esas carcajadas no eran por alguna broma, más bien se producían por las relaciones sociales, esto se debe a que estar con otras personas genera una sensación de alegría. Un estudio publicado por la BBC reveló que por cada 10 minutos de conversación, una persona se ríe siete veces.
Además, las expresiones faciales que se producen por la risa se deben a una imitación de la especie, al ser locuciones emocionales no verbales se relacionan a los sonidos de animales más que a nuestro discurso habitual, por eso cuando alguien se ríe el sonido que produce hace que también nosotros soltemos una carcajada.
Ahora, si nos enfocamos en la parte fisiológica, los momentos de ahogo por la risa, se producen porque apretamos el músculo torácico para que salga el aire. Por esa razón, hay quienes roncan, quienes se ahogan o quienes tienen una risa que se escucha de un edificio a otro. Al momento de reír, ni la lengua o la mandíbula se mueven, únicamente la caja torácica, así lo comprueba una resonancia magnética.
Además, el ser humano no es el único que ríe, varios experimentos han demostrado que los orangutanes, los chimpancés y los gorilas también pueden hacerlo por situaciones como las cosquillas. Así mismo, otros mamíferos como las ratas también sonríen, sea por estímulos nerviosos o por juego.
Justamente, la risa ha ido evolucionando y de esa forma se la ha comparado con señales de juego y con un momento de alegría. Básicamente, estar con gente te ayuda a tener una vida más feliz y llena de sonrisas, así que es el momento de socializar y esto podría ser considerado como un tratamiento de ‘risoterapia‘.