Cada 10 de septiembre se recuerda el Día Mundial de la Prevención del Suicidio. Cada año, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se quitan la vida cerca de 800 000 personas en todo el mundo. El suicidio es la segunda causa de muerte de los jóvenes de 15 a 29 años.
En Ecuador el panorama es más preocupante aún para este grupo especialmente vulnerable. Según un informe técnico que emitió el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) en 2019, el suicidio es la principal causa de muerte en menores de 18 años: el 17.8% de menores entre 12 y 17 años que fallecieron en ese año se suicidaron. Al punto que Ecuador está entre los 10 países con las tasas más altas de suicidio (en el grupo de 10 a 14 años) a nivel mundial.
Como una forma de atajar esta problemática social, que afecta sobre todo a menores de edad, el Ministerio de Educación creó en 2021 una guía especializada. Se trata de un manual de apoyo a los DECE de las instituciones educativas para la prevención de situaciones de riesgo, como el suicidio. Para lograrlo proponen herramientas de fortalecimiento de habilidades socioemocionales a través de la tecnología y el deporte.
Son diversos los estudios que aseguran que las actividades físicas tienen beneficios en la salud mental. En el manual del Ministerio de Educación proponen variadas disciplinas: de tipo ancestral, artes marciales y deportes olímpicos.
Opciones preventivas
Son prácticas que tienen efectos en las habilidades personales y que pueden funcionar como herramientas en la prevención del suicidio en niños y adolescentes.
El yoga es una de ellas. María Salomé Proaño es instructora de esta ciencia ancestral y explica que se trata de un estilo de vida que trabaja al ser humano de forma integral. Actualmente, cuenta, se está incorporando el yoga en los colegios como una herramienta para enseñar a los niños y adolescentes sobre el manejo de las emociones.
Otro punto a favor de su utilidad preventiva es la respiración. Señala Proaño que las personas con tendencias suicidas, tienen como trasfondo temas de ansiedad y depresión. Estos problemas de salud mental implican, según la instructora de yoga, una alteración de la parte respiratoria. “Si no respiran adecuadamente no oxigenan suficientemente bien el cerebro y este no manda buenas señales al cuerpo. Así todo se va bloqueando y cerrando”, menciona.
En este sentido, la respiración se convierte en una herramienta fundamental para niños, adolescentes (y también adultos) para que puedan ir indagando qué es lo que les está sucediendo a nivel emocional. “Respira bien genera claridad mental”, aclara Proaño.
La biodanza es otra de las disciplinas que se considera puede ayudar en la prevención del suicidio. Claudia Cirera, psicóloga y profesora de biodanza, explica que se trabaja con la música, el movimiento y la emoción para desenvolver potenciales genéticos de las personas.
El practicarlo, precisa, produce cambios a nivel biológico, fisiológico y psicológico. Así, fortalece los aspectos sanos de la persona y en un contexto grupal (que es como se recomienda practicarlo) se potencian todavía más. “Los beneficios de la biodanza se producen a nivel psicológico sobre todo, ya que favorece la autoestima, la seguridad en sí mismo, el modo de vincularse consigo mismo y con los demás”, asegura Cirera.
La gimnasia es un deporte olímpico que también se plantea como herramienta preventiva. Ronny Gallardo, gimnasta y entrenador, dice que puede ser beneficioso porque aporta mucha disciplina. Quienes la practican, dice, se mantienen muy enfocados y con la mente despejada.
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