Los integrantes del centro cultural tsáchila Tradiantsa cantan villancicos en tsa’fiki, su lengua materna. Foto: María Victoria Espinosa/ EL COMERCIO
Al ritmo de la marimba, el bombo y el shuade (palo de lluvia), los tsáchilas entonan villancicos traducidos al tsa’fiki. La comunidad ha trabajado con el párroco Diarío Delgado para incluir el idioma materno en los cánticos y oraciones.
En un folleto se recopilan canciones y villancicos, pero cada año se incluyen más piezas musicales, que son entonadas por los instrumentos nativos.
Albertina Calazacón, líder del proyecto cultural Tradiantsa, señala que este año ella se encargó de traducir la letra de villancicos como Claveles y Rosas (Duke luli mate).
Para lograr armonía entre las notas musicales y los acentos en tsa’fiki, Calazacón no tradujo textualmente la canción, sino que construyó una letra armónica con el mismo mensaje.
Por ejemplo, Duke luli mate, Dioshi Na inue /Son tilatísa piyanle Tsáchila significa “claveles y rosas la cuna adornad” y los tsáchilas contentos están. En la letra original el tema versa: “Claveles y rosas, la cuna adornad / En tanto que un ángel meciéndole está”.
Para el padre (patelé) Darío Delgado, las canciones en tsáfiki han acercado más a los nativos a las tradiciones navideñas. Cada año, se eligen priostes y se organizan novenas en las iglesias o en las casas tsáchilas. Primero se celebra la eucaristía y luego se realiza el novenario. “La diferencia entre las novenas tradicionales y las tsáchilas es que para ellos este evento es una fiesta”.
Por eso – agregó – preparan comida nativa y están alegres mientras rezan y cantan. En las casas se hacen pesebres, en los que se cuenta la tradición religiosa, pero se incluyen elementos típicos como racimas de plátano, tsáchilas en lugar de pastores o emulan los ríos que hay en los territorios nativos.
Delgado, el cura de las siete comunas tsáchilas, recorre todas las aldeas para celebrar la navidad.
En la iglesia Cristo Luz del Mundo, de la comuna Chigüilpe, los nativos hicieron un pesebre con telas y luces, que dan la impresión de que el pesebre está debajo de un cielo estrellado. En esa comuna se viste a la imagen del Niño Jesús Niño con el manpe tsanpá, que es una falda de rayas blancas y negras, que usan los hombres nativos.
En esa comuna se tienen previstos pequeños actos para celebrar la Navidad. Delgado dice que los priostes se encargan de que en las novenas todos usen las mascarillas, se desinfecten las manos y guarden el distanciamiento físico.