Redacción Manta
Heron parece un juguete. Igual que una pequeña nave a control remoto, ayer alzó vuelo desde la cabecera sur de la pista del aeropuerto Eloy Alfaro de Manta. Este aeroplano es uno de los aviones no tripulados que compró FF.AA.
USD 10 millones
es el costo de cada avión no tripulado. USD 13 millones se invirtieron en la logística.Con este primer vuelo se inició una nueva etapa en las operaciones de lucha contra el narcotráfico y la vigilancia aeromarítima, que reemplazará al trabajo que cumple el FOL de Estados Unidos desde Manta y que concluirá en septiembre.
Los operativos están a cargo de la Armada. En total, se compraron seis naves no tripuladas, cuatro Sercher y dos Heron, son operadas desde tierra por militares especializados.
Milton Lalama, jefe de la Armada, explicó que estos aviones permiten una amplia cobertura de vuelo. Además, su costo operativo es mínimo en relación a las aeronaves tripuladas.
“Con cinco litros de combustible pueden operar por una hora, desde allí ya vemos las enormes ventajas”, enfatizó el oficial.
Las naves fueron ensambladas en el hangar de la Base Aeronaval, por técnicos israelitas.
Todo forma parte de un proyecto implementado por el Gobierno a un costo de USD 23 millones, para realizar los trabajos de vigilancia aeromarítima.
Édison Albán es uno de los seis militares capacitados para manejar esas naves. Él se preparó por dos meses en Israel.
“Es un poco extraño y mucho más complejo. Cuando un piloto está al mando de un avión no tripulado, no tiene sensaciones, no se siente, simplemente hay control, ello demanda mucha concentración”, contó Albán.
Él y cuatro compañeros más, entre observadores y radaristas, trabajan en la cabina de mando. Dos radares en tierra receptan las señales e imágenes que envían los aviones. Están equipados con un sonar externo en la parte superior de la aeronave y una cámara, que permite captar imágenes y enviarlas a tierra. Esto ayuda a que los pilotos controlen las naves.
El proyecto se complementa con tres bases flotantes, en isla Santa Clara; en Monpiche, Esmeraldas; y la tercera en El Matal, al norte de Manabí, informó Carlos Vallejo Game, encargado del Sistema de Vigilancia y Control Marítimo (SVCM).
Cada base tendrá lanchas guardacostas para reacción.