En esta calle de Pisulí (noroccidente de Quito) se produjo el ataque mortal a una mujer de 40 años de edad. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
En Pisulí todos hablan del femicidio perpetrado ayer (8 de febrero del 2019) . Los vecinos de este barrio quiteño vieron cómo en medio de la calle Luis Vargas Torres un hombre apuñaló a su expareja.
Todos gritaban. Intentaban ayudarla, pero no pudieron.
Las primeras imágenes circularon en las redes sociales. Se trataba de una mujer de aproximadamente 40 años. En el video se observa cómo después del ataque, ella queda tendida en el piso. El hombre se sienta a su lado, con un cuchillo en la mano. Luego se acuesta sobre las piernas de la mujer.
“Fue muy feo”, dice una vecina, quien recordó que la pareja vivía más de 25 años en una casa esquinera de un piso, construida con ladridos. Allí habitaba con sus tres hijos y con la madre de la víctima.
Los moradores aseguran que el hombre la golpeaba constantemente, no solo a ella sino a sus hijos y a su suegra.
Hace 15 días, la mujer lo denunció por violencia intrafamiliar y un juez le otorgó una boleta de auxilio. Pese a que ese documento judicial le prohibía acercarse a la víctima, ayer interceptó a su expareja, que se encontraba con su madre detrás de un colegio.
Una mujer que estuvo en la escena cuenta que cuando lo vio, la mujer sacó la boleta y le pidió que se alejara porque debía ir al IESS. Dice que el agresor se rehusó a irse. Entonces le abrazó por la espalda, empezaron a discutir y la amenazó con un cuchillo.
Los vecinos estaban temerosos. Veían cómo empezó todo. Uno de ellos asegura que al ver el arma, la mujer empezó a correr y él la persiguió. Cuenta que finalmente la alcanzó, la agarró del cabello, le puso el brazo en el cuello y la apuñaló.
La madre de la mujer gritaba. Pedía auxilio y que soltara a su hija. El agresor le dijo que se callara y también le hizo un corte en la ceja.
Una moradora llamó a la Policía. Cuando los uniformados llegaron el victimario ya estaba sentado junto al cadáver.
Repetía una y otra vez: “mira lo que hiciste”. Luego con el cuchillo empezó a cortarse el pecho. Los uniformados se acercaron, le quitaron el arma y lo detuvieron. En medio de la conmoción alguien llamó a una ambulancia y lo llevaron con resguardo policial al hospital Pablo Arturo Suárez.
Después fue trasladado a la Unidad de Flagrancia (norte de Quito). Allí se realizó la audiencia de formulación de cargos por el delito de femicidio.
En el Código Penal (art. 141) este ilícito es penado de 22 a 26 años de cárcel.
Sin embargo, establece como agravante cuando “exista o haya existido entre el sujeto activo y la víctima relaciones familiares, conyugales, convivencia, intimidad, noviazgo, amistad, compañerismo, laborales, escolares o cualquier otra que implique confianza, subordinación o superioridad”. En ese caso, la pena máxima es de 29 años.
Al lugar del crimen llegó personal de la Dinased y Criminalística, quienes recopilaron las evidencias para iniciar las investigaciones. A las 15:00 el cadáver fue trasladado a Medicina Legal. A la morgue acudieron la madre y dos hermanos.
El año pasado, en el país hubo 88 casos de femicidios, según el Taller Comunicación Mujer aunque la Fiscalía reporta 168 hechos.
Esa entidad asegura que el mes pasado hubo 19 casos.
El coronel Luis Chica, comandante del Distrito La Delicia, asegura que la respuesta policial “fue inmediata”, pero dice que “no fue suficiente para impedir que sucediera este hecho lamentable”.
El oficial indica que en dos ocasiones anteriores, la Policía ya acudió a un llamado de emergencia de la víctima.
Uno de esos llamados se produjo el 31 de diciembre, cuando la mujer se comunicó con el servicio de emergencias. Los vecinos recordaban que en esa ocasión solo vieron a los agentes entrar y salir del domicilio.
“El hecho que haya tenido una boleta de auxilio nos indica que ya tenían conflictos anteriormente”, dice Chica.
Los vecinos piden parar este nivel de violencia.