La mañana de ayer una picantería en el suroeste de Guayaquil, que abre todos los domingos, no pudo atender de manera regular a la clientela.
Un incidente violento, ocurrido en la madrugada, donde murió un cliente, impidió la apertura del local. Afuera había manchas de sangre. Supuestamente un hombre irrumpió en el negocio para dispararle a otro.
Daniel C. falleció luego de recibir dos impactos de bala en el pecho, según dijeron sus hermanos, quienes fueron a identificar el cadáver a la morgue de la Policía.
Ellos se mostraron consternados, porque conocieron de testigos que quien disparó aparentemente lo hizo de forma aleatoria, sin dirigirse a alguien específico.
Otras tres personas habrían resultado heridas, según testigos.
El hombre, de 30 años, era electricista y su familia lo describe como una persona muy trabajadora. Expresaron que esa madrugada, luego de terminar su jornada laboral, salió a comer un encebollado y a beber con compañeros.
En otro caso, un hombre se habría suicidado en las instalaciones de su trabajo, una lavandería ubicada el norte de la ciudad. Se trata de Peter A., de 30 años.
Ayer, luego de dejar su domicilio, ingresó a las 08:00 a realizar sus tareas de manera aparentemente regular. Sin embargo, cerca de las 08:40 otros colaboradores de la empresa lo encontraron ahorcado con una soga. Cerca de él estaba un pequeño banco, que se presume habría utilizado para cometer el presunto suicidio.
Policías investigaban el hecho dentro de la lavandería, que funciona en una especie de galpón.
El cuerpo de Peter A. presentaba un surco en la parte frontal de la tráquea, según pudo constatar la fiscal Margarita Neira.
Familiares asistieron al lugar a reconocer el cadáver. Estaban afligidos y sorprendidos por lo sucedido. Solo una tía comentó que “él tenía problemas”.
Según versiones que recogió la fiscal, el hombre tenía deudas. Dejó en orfandad a tres hijos de tres, ocho y 10 años de edad, respectivamente.