En unas celdas hay hasta cuatro camas. Los cuartos apenas miden un metro cuadrado y allí viven los presos del ex penal García Moreno de Quito. Ángel Vicuña dice que son “verdaderos nichos”. Desde hace dos semanas, él es subsecretario de Rehabilitación Social del Ministerio de Justicia y ayer narró así los problemas de infraestructura que no se han superado en centros penitenciarios.
“En el ex penal (las celdas) son verdaderos cementerios vivientes. Todavía sigue el irrespeto de derechos humanos de las personas privadas de la libertad. Ellas perdieron la libertad pero no los otros derechos”, señaló Vicuña.
Esto ocurre pese a que en este Gobierno se han declarado dos emergencias carcelarias. La primera fue en el 2007 y se destinaron USD 40 millones. La segunda se anunció el año pasado y se asignaron USD 40 millones más. En agosto del 2010 se anunció que la emergencia involucra el mejoramiento sanitario, infraestructura física, eléctrica, hidrosanitaria.
Pese a ello, la directora de la Unidad de Construcciones del Ministerio de Justicia, Paulina Proaño, aseguró que la mayoría de prisiones del país son “muy viejas, con más de 50 años de vida y con tecnología antigua”.
La Unidad que maneja Proaño tiene USD 40 millones para invertir en infraestructura carcelaria en este año. Según Vicuña, en el 2011 se construirán tres centros en el país. Ahora el Ministerio de Justicia cruza información con el Gobierno de Francia. El director de Servicios Penitenciarios del Ministerio de Justicia de ese país, Morgan Tanguy, está en el país y visitó cárceles como el de Santo Domingo de los Tsáchilas.
Ayer, Tanguy explicó cómo opera la estructura carcelaria en su nación. Operan 191 prisiones y albergan a 66 000 detenidos.
Unos están construidos para los que tienen detención provisional. Pero también hay para presos con penas de hasta 20 años, para menores de edad, mujeres, etc.
El funcionario francés insistió en los mecanismos para reinsertar a los presos y dijo que esto va de la mano con una buena infraestructura. “Tenemos (en cárceles de Francia) espacios abiertos, con psicólogos, enfermeras, talleres”.
Pero Tanguy también lanzó alertas. Dijo que es necesario conocer “el terreno”, para dictar políticas adecuadas en cuanto a rehabilitación social. Luego aseguró que las autoridades de centros penitenciarios deben tener capacitación permanente.
Pero en Ecuador la inestabilidad administrativa es otra falencia en el sistema carcelario. Desde el 2007, cuando comenzó este Gobierno, por la Dirección Nacional de Rehabilitación Social (DNRS) han pasado cinco funcionarios. Primero fue Ricardo Arteaga, luego Máximo Ortega, después llegaron Rómulo Silva, Arturo Escala (duró apenas un mes) y Alexandra Zumárraga.
Por la Subsecretaría de Rehabilitación han pasado tres autoridades: XimenaCostales, Lady Zúñiga y Ana Chamorro, quien estuvo en ese cargo apenas 15 días. Ahora está en funciones Vicuña.
En la cárcel de Santo Domingo, a la que visitó Tanguy, también se siente la inestabilidad administrativa. Víctor Alcívar apenas duró 14 días en la Dirección.
El funcionario lanzó más datos de las cárceles en su país y dijo que los presos están afiliados a la Seguridad Social, que los gastos asume el Estado y tienen atención médica gratuita. Ese país -según datos de Tanguy- invierte 63 euros diarios por cada preso”.
En Ecuador, el Estado destina únicamente USD 18,9 anuales a la salud de cada prisionero.
Vicuña dice que “la desatención de los anteriores gobiernos ha sido inminente y no podemos hacer (las cosas) de la noche a la mañana”. Pero al replicarle que este Gobierno va cuatro años en el poder, Vicuña dice que en este tiempo se han hecho proyectos.
Este Régimen ha construido cárceles como el de Santo Domingo, La Roca (Guayaquil) y en Sucumbíos. Pese a ser una nueva infraestructura, el Director de la DNRS hizo cuestionamientos a esta última. “La nueva cárcel de Sucumbíos tiene falencias. Parece que la construcción no está hecha con criterio técnico para una penitenciaría. Quizá el constructor no lo hizo con las normas internacionales”. Y aseguró que, por ejemplo, las seguridades no son fuertes en puertas, ventanas. Y que las mallas tienen inconvenientes. “En (cuanto a la ) tubería de agua no se han diseñado los sumideros en el comedor y la cocina. No hay por dónde se escape el agua y se acumula”.
La obra se entregará en un mes máximo y se realizarán observaciones en estos puntos.
En Cuenca, en agosto comenzará la construcción de la nueva prisión. Y la que se levantará en Poaló (a 15 minutos de Latacunga) se convertirá en un centro regional.
Tanguy observó que el alejar a los detenidos de sus familias tampoco ayuda a la reinserción. “Antes construimos cárceles en zonas rurales, pero volvimos a la urbe”.