Tres usuarios intentaban ser atendidos en el Juzgado XIII de lo Civil de Pichincha. Pero ayer, a las 12:30, se encontraron con la puerta metálica gris con seguro. Un letrero, pegado en la pared derecha, decía que la atención al público seguía restringida a horas específicas y que no se insista en tratar de pasar a hablar con el juez.
Los usuarios, que prefirieron reservarse sus nombres, dijeron que acudieron a este Juzgado porque se enteraron que a partir de ayer todas las dependencias de la Función Judicial atenderán de corrido de 08:00 a 17:00.
Ellos, al igual que otras personas, no tuvieron inconvenientes para ingresar al Palacio de Justicia, pasadas las 12:00. Antes, a esa hora las dos puertas principales del edificio (centro-norte de Quito) se cerraban y un policía no permitía la entrada de nadie.
Washington Vargas, abogado en libre ejercicio, entró a las 12:15 por la puerta que da hacia la avenida 6 de Diciembre. Quería revisar los avances de juicios civiles que él patrocina. Pero se encontró con que solo podía hacer esos trámites en el horario habitual de 08:30 a 09:30 y de 14:30 a 16:30, esquema implantado hace 15 años. “No hay el despacho que dijeron sería durante todo el día. No sé qué disposición haya al respecto. Más bien se reduce una hora de atención al ser ahora hasta las 17:00”
María M. pidió permiso en su trabajo y se trasladó desde Calderón, norte de Quito, para aprovechar la jornada única en los juzgados y firmar un documento como curadora de su nieto. Aunque ella sí logró ingresar al interior del Juzgado IV de lo Civil, igual le dijeron que esperara hasta las 14:00.
En los siete juzgados civiles y 18 penales, considerados corporativos (que comparten espacios en una misma planta del segundo, tercer y cuarto pisos del Palacio de Justicia), solo se limitó a recibir escritos y otros documentos, a través de las ventanillas.
Así a Ángel Samaniego, quien llegó a las 12:15 para pedir la copia de un juicio prescrito, solo le atendieron por una ventanilla y le dijeron que debía presentar un pedido con patrocinio.
Vargas insistió que “no es cuestión solo de dejar escritos, sino de acelerar los procesos que tienen adentro, saber si se ha despachado o no y para eso es necesario hablar directamente con los jueces o con sus asistentes”.
Al respecto, la explicación de Iván Escandón, director provincial del Consejo de la Judicatura Transitorio (CJT) de Pichincha, es que “se mantendrán las restricciones en el ingreso del público a estas unidades jurisdiccionales. Caso contrario no se podrá despachar ninguna causa, porque se tendría que atender a todo el que viene a preguntar por su caso”.
Paola Chávez, ayudante judicial 1 del Juzgado III de lo Civil, corroboró al decir que “no es necesario que la gente esté a cada rato preguntándonos cómo van sus causas. Para eso nosotros les notificamos a través de los casilleros que tienen sus abogados”.
Escandón manifestó que en estos juzgados, la jornada única será aprovechada más bien para que los servidores judiciales despachen los juicios y las providencias que ingresan cada día.
A eso estaba dedicada Chávez ayer, a las 13:45. Sobre su escritorio tenía alrededor de 30 expedientes, cuyos datos principales ingresaba al sistema digital. En la misma tarea se encontraban Ruth Ortiz y otros cinco compañeros. Igual ocurría en el Juzgado XIII de lo Civil y en los de lo Penal.
A diferencia, en los juzgados de la Niñez y Adolescencia y de Tránsito, que también atienden en el Palacio de Justicia y en el edificio de la Amazonas y República (norte de la capital), no se interrumpió el despacho al público.
Allí, los usuarios ingresaban sin inconvenientes en busca de jueces, secretarios o asistentes. Más bien en estas dependencias y en los corredores la presencia de abogados o litigantes fue muy escasa. En casi todas las salas solo permanecían los funcionarios. Eso permitió que Inés Simba, asistente de un estudio jurídico particular, dejara con facilidad los documentos dentro de un juicio de alimentos.
Si bien, ayer a las 12:00 hubo funcionarios que se apresuraban a registrar su salida, otros seguían en las oficinas. En cada juzgado se acordaron los turnos para la hora del almuerzo. Kathia Burbano, conjueza I de la Niñez y Adolescencia, indicó que, por ejemplo, en su juzgado primero saldrían un juez, un secretario y cuatro asistentes y a las 13:00, el resto.
En tanto, las notarías de los alrededores del Palacio de Justicia sí se acogieron a la jornada única. Pero después del mediodía, la mayoría estaba casi vacía. A las 13:50, en la Notaría VI había una usuaria. Jueces y más funcionarios coincidieron en que esto ocurrirá hasta que la gente se acostumbre al nuevo horario.