Hace 10 días, el exvicepresidente Jorge Glas salió de la Cárcel 4 de Quito. Todo ocurrió la noche del 28 de noviembre de 2022 tras beneficiarse de una medida cautelar emitida por el juez de Santo Domingo de los Tsáchilas, Emerson Curipallo.
Sin embargo, ese magistrado aclaró que esa libertad otorgada es “provisional”, hasta que “un juez de Garantías Penitenciarias dictamine lo contrario”.
Mientras tanto, Glas tiene prohibido salir del Ecuador y debe presentarse cada semana en la Penitenciaría del Litoral.
Por medio de dos vías judiciales se definirá si el exalto funcionario del correísmo obtiene o no la libertad definitiva. Él tiene actualmente dos sentencias por asociación ilícita y cohecho.
Primera vía
En primer lugar, la Unidad Judicial Penal del cantón Santo Domingo debe decidir si acepta o no los pedidos del Servicio Nacional de Atención Integral a Privados de la Libertad (Snai).
El 30 de noviembre de 2022, esa entidad solicitó la revocatoria total y la declaratoria de nulidad de la resolución del juez Curipallo, que otorgó la libertad a Glas.
Penalistas consultados por EL COMERCIO coinciden que, si se niegan las solicitudes del Snai, Glas podrá continuar en libertad. Sin embargo, si se otorga la revocatoria y la nulidad de la resolución de Curipallo, el exvicepresidente deberá volver a la cárcel.
Segunda vía
Por otro lado, actualmente se tramita un pedido de unificación de penas a favor de Glas. La decisión de otorgar o no ese recurso legal cayó en manos de la jueza de Garantía Penitenciarias de Quito, Melissa Muñoz.
Esa magistrada convocó a una audiencia para el próximo 12 de diciembre, para analizar esa solicitud y decidir si le otorga o no. El objetivo de la unificación de penas es que Glas solo cumpla la condena más alta que tiene.
Actualmente, él tiene dos sentencias ejecutoriadas en su contra (ratificada en tres instancias judiciales diferentes). La primera es de seis años por asociación ilícita en el caso Odebrecht y la otra es de ocho años por cohecho en el caso Sobornos.
Por lo tanto, si se aprueba la unificación de penas, solo deberá cumplir la sentencia de ocho años por el caso Sobornos.
La defensa de Glas ve en la unificación de penas una puerta para alcanzar la prelibertad. De esa forma, su cliente podría cumplir definitivamente una de sus dos condenas en libertad.
La prelibertad es un beneficio penitenciario que se otorga al sentenciado que ya cumplió con el 40% de su pena. Según su abogado, Glas ya sobrepasó ese porcentaje. En octubre de este año, el exvicepresidente cumplió cinco años encarcelado.
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