Era 1961. Germán Rodas tenía apenas 6 años de edad cuando se sentaba sobre el regazo de su abuelo Sixto Rodas a escuchar sobre la vida del general Eloy Alfaro y sobre la Revolución Liberal ecuatoriana.
En la sala de su casa, que estaba ubicada en el Centro Histórico de Quito, le gustaba oír las anécdotas sobre cómo su familiar se unió a las tropas liberales cuando tenía 17 años y luego se convirtió en el edecán del expresidente Alfaro.
Las historias de su abuelo provocaron que Germán se apasione por la política y la lucha por los derechos humanos. Ahora también se dedica a combatir la corrupción.
En mayo del 2015, la Confederación Ecuatoriana de Organizaciones Sindicales se reunió en Riobamba para conformar la Comisión Anticorrupción (CNA). Ahí le designaron miembro de ese organismo y cuatro años después se convirtió en coordinador. Hasta ahora tiene ese cargo.
Él nació en Quito, el 13 de mayo de 1955. Su vivienda actual está ubicada en el norte de la capital. En una de las habitaciones de su casa tiene anaqueles de madera repletos de libros. Es jueves. Germán se levanta de su sillón, camina unos pasos y agarra un libro.
Mientras lo observa, cuenta que fue el primer texto que su padre Alfredo Rodas le regaló cuando tenía 10 años de edad. Se trata de ‘El hombre mediocre’ de José Ingenieros. Luego toma de su biblioteca el segundo libro que leyó: ‘Don Quijote de la Mancha’. A su corta edad leía en promedio un texto cada tres días. “Mi padre me motivó a leer. Siempre me pedía un resumen. Por eso, la lectura ha formado parte de mi vida”.
Germán también recuerda que a sus 8 años se encerraba en su cuarto por las noches y escuchaba las sesiones del entonces Congreso, que eran transmitidas a través de la radio. “Me ponía audífonos y escuchaba los discursos”.
Él estudió la primaria en el Borja 1. En las tardes, después de hacer su tarea, jugaba fútbol con los niños del vecindario.
La secundaria la cursó en el colegio Francés. Cuando estaba en segundo de bachillerato gestionó con sus profesores y rector la creación de un periódico escolar. En ese proyecto participó junto con cinco estudiantes más. Así lo recuerda Bertha Ayala, su compañera de curso. Entre risas, ella cuenta que cuando los profesores no asistían a clases y había horas libres, Germán se paraba al frente y daba discursos políticos. Les contaba a sus compañeros quién fue Eloy Alfaro o también hablaba sobre las condiciones sociales, políticas y económicas de la época.
Además, Ayala cuenta que él les ayudaba a estudiar a sus compañeros que tenían bajas notas en Literatura e Historia.
Los libros que leía le formaron un pensamiento de izquierda. Por eso, a sus 18 años se unió al Partido Socialista Ecuatoriano. Durante su militancia, participó en marchas y movilizaciones sociales, para defender, por ejemplo, los derechos de los trabajadores.
Marco Rodríguez, miembro de la Comisión Anticorrupción, dice que conoce a Germán hace 40 años. Lo vio por primera vez en una marcha del 1 de mayo por el Día del Trabajador. Además, asegura que Germán confrontó a la dictadura militar de los años 70. Recuerda que en 1975, él iba en un auto con dos miembros más del Partido Socialista. A través de un altoparlante convocaban a las personas a unirse a una gran marcha, para luchar en contra de esas autoridades.
Cuando tenía 23 años, la Policía lo detuvo, junto con otros militantes, por protestar afuera de la Embajada de Bolivia en Quito, pues se había instaurado una dictadura en ese país. Permaneció recluido una tarde hasta que fue liberado.
Según su amiga Dayana León, desde hace seis años se dedica principalmente a combatir la corrupción en el país.
Hasta ahora, la Comisión ha presentado en Fiscalía alrededor de 30 denuncias. La mayoría son por presuntas irregularidades y sobreprecios en obras durante el gobierno de Rafael Correa. La asambleísta correísta Jhajaira Urresta cree que las acusaciones de Germán Rodas no se sustentan con evidencias. “Hasta ahora, las denuncias presentadas son especulaciones y están llenas de odio y venganza”, indica.
El 20 de abril del 2017, una jueza sentenció a un año de prisión a Germán Rodas y ocho miembros más de la Comisión por el delito de calumnia en contra del excontralor Carlos Pólit. Según la magistrada fue falsa la acusación sobre una presunta responsabilidad de Pólit en la construcción de la Refinería del Pacífico con sobreprecio. Sin embargo, las nueve personas no fueron a la cárcel, pues el abogado del exfuncionario desistió la demanda y la jueza declaró prescrita la acción penal. Luego, Pólit fue sentenciado a seis años de cárcel por concusión y actualmente es prófugo. La Comisión ha enfrentado al menos 10 procesos similares.
La última demanda que enfrentó Rodas fue por un delito de injurias. Un proveedor de insumos médicos lo demandó, pues aseguró que era falsa la denuncia de irregularidades en la venta de medicinas en hospitales durante la pandemia. Fue declarado inocente.
En la biblioteca de su casa muestra su título de historiador, que obtuvo en una universidad de Cuba.