El 6 de marzo del 2012, Criminalística realizó una inspección ocular en las oficinas de la Cancillería, en Quito. Foto: Archivo: P. Terán / EL COMERCIO
Imágenes religiosas y un rosario decoran la sepultura de Jean Paul Flores. Tenía 41 años cuando recibió siete impactos de bala. Un joven de 29 años que lo acompañaba fue también acribillado. Ambos murieron la noche del 3 de septiembre pasado en el barrio Floresta I, en el sur de Guayaquil.
La prensa local recogió la noticia como un crimen más de esa ciudad y lo relacionó con un supuesto sicariato.
Cinco meses después, la Policía no tiene ningún detenido. Pero hay una hipótesis: un ajuste de cuentas. Esta información fue confirmada ayer por agentes que llevan adelante la investigación,
¿Quién es Flores? Él estuvo relacionado con el caso conocido como valija diplomática.
Por ese hecho estuvo encarcelado en Italia y la justicia de ese país ordenó que pague una multa de 12 000 euros.
El tema de las drogas en un envío diplomático se conoció en enero del 2012, cuando la Policía de Milán-Italia halló 13,57 kilos de cocaína líquida en el interior de una carga que fue enviada al Consulado de Ecuador en esa ciudad.
La Policía italiana acusó a cinco ecuatorianos por el envío de esa sustancia. Flores fue identificado como un ingeniero químico que transformó la cocaína de polvo en líquido.
El proceso que habría utilizado fue desmolecularización que impedía a los canes Antinarcóticos detectar, a través de su olfato, la sustancia ilícita.
Él tenía una visa estadounidense y, según la investigación policial, realizó cursos de química en ese país.
Luego de cumplir su condena, el año pasado Flores regresó al Ecuador, a Guayaquil específicamente. La Policía tiene poca información sobre las actividades que realizó. Solo se sabe que estuvo esos meses acompañado de familiares.
Ayer, este Diario intentó comunicarse tres veces con un familiar de Flores. “Yo no puedo decir nada de esto”, explicó una mujer y colgó. La comunicación duró segundos.
Detrás de este crimen hay una serie de preguntas, que los agentes no han podido responder. Ellos indican que incluso los dos días siguientes después de la muerte de Flores nadie identificó el cuerpo que estaba en la morgue de Guayaquil. Su entierro se realizó dos meses después de la muerte.
La denuncia sobre el crimen también se presentó después.
La queja llegó a la Fiscalía el 26 de noviembre del 2015. La planteó la esposa de la víctima y no dio detalles de quién pudo estar detrás del hecho. Hasta ayer, en esa dependencia el caso tenía la etiqueta: “a determinar autores”.
Sin embargo, en ese entonces se difundió la versión de dos testigos. El primero aseguró que a las 22:45 escuchó, desde su casa, el ruido de una moto y, segundos después, un tiroteo. Cuando todo terminó salió a la calle y vio a los dos hombres desangrándose.
El segundo testigo confirmó que escuchó las motos. Pero dijo que minutos después llegó una camioneta de donde se bajó un hombre. Este desconocido habría recogido los casquillos y desapareció.
En el proceso por tráfico de drogas que lleva la Fiscalía de Ecuador, el nombre de Flores también se repite. Se lo relaciona con Gerardo M., alias ‘El Sambo’, quien habría sido su contacto en el país para coordinar el envío de la droga.
El jueves de esta semana se realizó la audiencia preparatoria de juicio contra cuatro sospechosos, incluido ‘El Sambo’. Allí la Fiscalía sostuvo que Flores y Gerardo M. tuvieron una estrecha comunicación telefónica. Las escuchas detallaron cómo planearon el envío de la carga ilegal.
La Cronología
11 de enero del 2012
La Policía de Italia decomisó una valija diplomática en el aeropuerto de Milán. Allí se encontraron 13,57 kilogramos de cocaína liquida ocultos en jarros promocionales de una obra de teatro.
29 de febrero del 2012
La Fiscalía solicitó al Gobierno de Italia la Asistencia Penal Internacional. Allí se requirió copias certificadas del expediente judicial; de las versiones de los sospechosos y los análisis de llamadas.
Noviembre del 2012
En este mes fueron sentenciados tres de cinco detenidos en Italia y la justicia de ese país los condenó a penas que fueron de cuatro a ocho años. En esa lista precisamente estuvo Jean Paul Flores.