Los participantes usaron troncos de árboles para elaborar las embarcaciones. Foto: Marcel Bonilla/ EL COMERCIO
Música, marimba y danza acompañaron durante la regata por el río Esmeraldas, que se desarrolló la mañana y tarde de este sábado 17 de septiembre de 2016.
Los 16 equipos, con un máximo de 25 integrantes cada uno, empezaron desde las 06:00 con la construcción de las balsas con cinco boyas, en la playa de San Mateo, una población que está a 20 minutos de la ciudad de Esmeraldas.
El martillo usado por los equipos fueron las piedras del río y la estructura, ramas de árboles que están en la orilla del afluente. Algunos usaron bejucos para asegurar sus pequeñas embarcaciones.
Esta es la décima segunda regata por el estuario del río Esmeraldas que busca fomentar la conservación del afluente, concienciando el cuidado del manglar donde se reproducen especies bioacuáticas como el bagre y el camarón de río.
Por eso los participantes compusieron cantos, poemas, décimas y notas de reflexión sobre el cuidado del río Esmeraldas, de donde se toma el agua para su potabilización.
En las embarcaciones también llevaron productos típicos de la cultura esmeraldeña. Foto: Marcel Bonilla/ EL COMERCIO
En el Esmeraldas se pescan sabaleta, robalo, mojarras, tilapias y jaibas, que son parte de la alimentación de los esmeraldeños que habitan en las márgenes del río.
Los organizadores este año incorporaron el bautizo a quienes participaban por primera vez.
Para bautizarlos se hizo una calle de honor y lanzaron abundante agua sobre los integrantes de seis nuevos equipos como señal del sacramento.
Previo a zarpar hacia la primera parada, los balseros ataviaron sus navíos con hojas de plátano, flores, frutas y pusieron plátano maduro sobre las balsas.
Incorporaron una atarraya y catangas, que son artes de pesca que aún se usan en las comunidades afroesmeraldeña. El fogón no podía faltar para preparar un plato típico de los esmeraldeños que se cocinó con carbón durante el viaje de navegantes, que duró una hora.
Un jurado calificador degustó los platos típicos que comprendían encoca’o de camarón de río, pescado, tapa’o de pescado, seco de gallina criolla, encoca’o de jaiba, entre otros.
La sazón la pusieron mujeres y hombres sobre el fogón mientras bordeaban río abajo. “Esta es una experiencia única porque nos permite reencontrarnos con nuestros ancestros”, dijo Cristian Guerrero, uno de los integrantes del equipo Los pepudos de la playa.
El recorrido que comprendió tres paradas con una final en el Puerto Pesquero Artesanal de Esmeraldas (Papes); los representantes de la Armada dieron seguridad.
Fernando Saldarriaga, coordinador de la regata, dijo que el próximo año se va a incorporar a nuevas instituciones para apuntar el tema del la cultural ancestral y el cuidado del río con su flora y fauna.