Torres de alta tensión se levantan cerca del Parque Nacional Cotopaxi. Foto: Raúl Días para EL COMERCIO
La altura equivale a un edificio de 20 pisos. Grises e imponentes, las torres de metal que sostendrán una línea de transmisión eléctrica que construye el Gobierno amenazan con cambiar el paisaje de una parte del Parque Nacional Cotopaxi.
El sector turístico de Machachi y pobladores de Santa Ana de Pedregal y Loreto Pedregal, en el cantón Mejía, están preocupados ante la instalación de esta enorme infraestructura en las cercanías del ingreso norte del parque.
Los moradores sostienen que las obras no fueron difundidas por el Gobierno. En tanto, trabajadores y propietarios de siete hosterías y dos restaurantes de la zona creen que el impacto ambiental y visual afectará el arribo de turistas.
Para Fabián Llumiuxi, trabajador de la hostería Chilcabamba, el visitante tendría como fondo la estructura metálica, los cables y el volcán.
El actual encanto de visitar el Cotopaxi se perdería y, a futuro, las visitas disminuirán, teme William Changoluisa, accionista y propietario de la hostería Mauca Pedregal.
“Ahora estamos recibiendo un grupo de cinco a ocho turistas al mes y visitantes los fines de semana. Con la instalación de las torres, los negocios van a reducir los visitantes que gustan de observarle al coloso”, indicó el empresario.
Por el ingreso norte del Cotopaxi entraron 178 653 personas en el 2014, según datos de la Dirección de Turismo del Municipio de Mejía. El número de visitantes se redujo a 71 400 en el 2015, por el incremento de la actividad eruptiva del volcán y del cierre del área.
El 4 de agosto pasado se hizo la reapertura del 90% del parque para los turistas.
La línea de transmisión está en proceso de construcción final de obras civiles, es decir, de cimentaciones y montaje de las estructuras metálicas. El tendido atravesará Pichincha, Cotopaxi y Tungurahua.
La actual ruta de la línea de transmisión, que transportará energía desde la megacentral hidroeléctrica Coca-Codo Sinclair, fue elegida porque minimiza el impacto social y ambiental, justificó Transelectric.
La entidad reconoció que se analizó como alternativa una ruta paralela a las líneas de transmisión existentes, pero fue descartada por el crecimiento poblacional. “Sería inevitable la expropiación y desalojo de personas”.
Otra opción fue trazar la ruta cerca del Pasochoa, pero afectaba directamente a un ecosistema más sensible, ya que se tendría que realizar un desbroce de vegetación típica de la zona, dijo la entidad vía correo a este Diario.
La obra comenzó en febrero del 2014 con la instalación de centros de información, talleres y audiencias públicas en los sectores de Pifo, Píntag, Machachi, Pastocalle y otros. En ese entonces se hizo la difusión de la obra, insistió la entidad. Transelectric negó que las torres midan 80 metros y aclaró que la altura promedio es de 45 metros. Y descartó que haya afectación directa a las comunidades cercanas.
Este tema también fue mencionado por el presidente Rafael Correa en el último enlace ciudadano. Señaló que se buscaron alternativas para no pasar por el parque, pero resultaban demasiado caras. “Hacer un rodeo (del tendido eléctrico) cuesta decenas de millones de dólares. Tendrá que pasar por una parte del parque lastimosamente”.
En un informe del Ministerio de Turismo de junio pasado se exponen cinco variantes para construir esta línea. La actual está en una zona de amenaza ante una posible erupción del Cotopaxi, según informes del Instituto Geofísico.
Ese mismo informe recoge la versión de la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec), que indica que a pesar de reubicar las torres no se elimina totalmente el riesgo frente a una amenaza por el volcán.
El Ministerio de Turismo recomendó la variante 5, que cruza sobre el encañonado del río Pita, cercano a la hostería Molinuco. Desde ahí, las torres no se verían a simple vista. Incluso, no se registran haciendas, quintas u hosterías.
Mientras tanto, las obras continúan. Los técnicos de Celec intentaron hacer mediciones en la propiedad de Alejandro Gómez, de la hostería El Porvenir, pero el empresario no lo permitió. Pidió información sobre el impacto ambiental y turístico.
Él y otros dueños enviaron cartas solicitando información a los ministerios de Turismo, Ambiente y a la Presidencia, pero no hubo respuesta.
Este Diario buscó el pronunciamiento del alcalde (e) Ramiro Barros y de los concejales del Municipio de Mejía sobre la colocación de las torres metálicas, pero no se pronunciaron.
Sin embargo, Enrique Villamagua, director de Comunicación del Cabildo, dijo que si bien el Municipio del cantón no se opone a la colocación de las torres, solicita un reubicación del trazado.
En contexto
La línea de transmisión El Inga – Tisaleo forma parte del Sistema de Transmisión de 500 kV, que permite transportar la energía producida por la central Coca-Codo Sinclair. La inversión de la infraestructura asciende a unos USD 670 millones.