Desde la vía El Colorado se observa la planicie que se adecentó para levantar la Refinería del Pacífico, en Manabí. Foto: Bolívar Velasco / EL COMERCIO
El número de trabajadores en la Refinería del Pacífico viene cayendo por la falta de inversión. La intermitencia laboral se empezó a sentir en el 2014, dos años después de que se iniciaran las obras de lo que sería este complejo petrolero.
En 2012, las obras para adecuar las 700 hectáreas donde se instalarían los equipos de la planta, un campamento, vías de acceso y el acueducto La Esperanza estaban en auge en El Aromo de Manta, en Manabí.
Pero a partir del 2014, cuando el número de empleados alcanzó un pico, el ritmo empezó a descender, cuenta Rodrigo Vélez, presidente de la compañía de transporte y construcciones Ciudad Rodrigo, que proveía de material pétreo y maquinaria de carga.
En el 2014, Vélez fue notificado con la terminación de su contrato. 100 trabajadores fueron separados entonces.
La mano de obra no calificada en este complejo fue la más afectada, pero también hay un impacto en las áreas administrativas y operativas.
Desde una garita de acceso, en la vía a la parroquia San Lorenzo, se observa como los guardias de seguridad piden identificarse a los pocos conductores de vehículos que llevan al personal.
El pasado jueves 17 de agosto, este Diario accedió al lugar por un atajo. Desde ahí se observa la parte posterior del campamento administrativo y la vía construida por la RDP. Esa mañana no hubo rastros de trabajadores ni de maquinaria.
Carlos Pérez, ministro de Hidrocarburos, reconoció el pasado 21 de agosto que esta Refinería debe ajustarse a la austeridad económica, mientras se concreta la búsqueda de un financista que permita retomar la ejecución de la obra.
Si en tres o seis meses no hay inversionistas interesados se desistirá del proyecto, como recomendó el presidente Lenín Moreno. Mientras tanto, Pérez tomó la decisión de separar a alrededor de 40 empleados. Así la nómina quedó conformada por 95 personas, quienes operan el acueducto y hacen otras gestiones administrativas.
El empleo indirecto, que fue el primero en sentir la contracción en la RDP, preocupa a los habitantes de los alrededores del complejo. Ellos no pierden la esperanza de que se reanude la construcción y se concreten las 22 000 plazas de trabajo que se anunciaron en el 2008, cuando se inició este proyecto.
Kléver Reyes, presidente de la Junta Parroquial de San Lorenzo, una zona que pertenece la comunidad de El Aromo, comenta que cuando le preguntan sobre oportunidades de empleo dice lo que se sabe. “El proyecto necesita financiamiento para continuar. En la Refinería me dicen que solo 18 personas de estas zonas tienen trabajo por el momento”.
La Empresa Pública Refinería del Pacífico sostiene que la nómina de su personal ha variado a medida que el proyecto bajó su ritmo. En los primeros años, el promedio de funcionarios rondaba los 144, entre ellos personal administrativo, operativo, de asesoría y apoyo en varias áreas.
El costo de la administración operativa representa hasta la fecha el 3,78% de lo que se ha invertido en estos nueve años, es decir USD 58 millones, respondió la Empresa Pública Refinería del Pacífico a un cuestionario enviado por este Diario, el pasado 18 de agosto.
La información disponible en la rendición de cuentas de la RDP señala también que entre el 2015 y 2016 las fuentes de empleo bajaron en un 34%.
Esto coincidió con la finalización del adecentamiento de la plataforma, del acueducto La Esperanza y de la vía de 12 kilómetros hacia el redondel de El Colorado, que conecta al complejo con sus áreas estratégicas.
El presupuesto global de esta empresa pública, que incluye gasto corriente y de inversión, también decreció a medida que la obra bajó. Por ejemplo, entre el 2014 y el 2015 se contrajo en un 13% y del 2015 al 2016 bajó en 28%. Hasta julio de este año, el presupuesto ejecutado fue de USD 11 millones.
Según el Gobierno, en estos últimos nueve años se han invertido USD 1 530 millones en la Refinería del Pacífico, que tuvo un avance de obra de 13,5% al 2016.
El alcalde de Manta, Jorge Zambrano, tiene la expectativa de que el Gobierno anuncie que sí es factible la continuidad de esta obra, debido a las expectativas que aún existen en sus habitantes por ocupar una plaza en el proyecto.
También, cuenta que muchos jóvenes se matricularon en años anteriores en carreras afines a la industria petrolera, pensando en la puesta en marcha de la Refinería del Pacífico.
En la Universidad Técnica de Manabí y en la Laica Eloy Alfaro, por ejemplo, cada año hay más demanda por las carreras de ingeniería industrial, ingeniería agrícola, química y biología y laboratorio clínico.