Los centros de acopio de donaciones están más abastecidos que otros dÃas. La comida llega con más frecuencia desde el dÃa jueves 23 de junio.
Según Máx Moreno, presidente de la Federación de Estudiantes de la Escuela Politécnica Nacional, las donaciones se han multiplicado por cuatro. Aunque reconoce que aún faltan insumos de aseo personal y ropa de hombre.
En las cocinas comunitarias instaladas en ese recinto alimentan a aproximadamente 8 500 personas.
Uno de ellos es Romeo Sharua que llegó las madrugada del domingo 19 de junio con su comunidad desde la provincia amazónica de Pastaza. Él dice que permanecerá en la capital “hasta las últimas consecuencias”.
Dada la superioridad numérica de hombres versus mujeres, la ropa y zapatos para ellos escasea. Uno tras otro entran a pedir una mudada para darse una ducha y cambiarse. Pero hay poco para darles.
Eso lamenta Nelly Chacha, una maestra que ahora es voluntaria en ese centro educativo. Llegó a ayudar desde el mediodÃa del viernes 24 de junio y planea pernoctar en el sitio hasta el domingo 26 de junio.
La mujer de 53 años vive en San Antonio de Pichincha y cuenta que su objetivo es “incentivar a la gente para la lucha que están haciendo”.
Fue voluntaria también en 2019 cuando las donaciones “llegaban en camiones”, al contrario de ahora.
Sin embargo, los organizadores de este centro afirman que la gente se ha activado para ayudar a los manifestantes. Los principales donantes serÃan estudiantes y vecinos, según Moreno.
A unos pocos metros está la denominada zona de paz donde descansan mujeres, niños y adultos mayores. En ese sitio no es permitido el ingreso de los medios de comunicación.
Por otro lado, en la universidad Central las donaciones llegan al coliseo, en la calle Bolivia. Ahà coordina las actividades Daisy Valdiviezo, directora de la carrera de Trabajo Social. En la entrada se puede ver gran cantidad de costales con naranjas y papas. Ella dice que eso ha venido desde las comunidades de la provincia de BolÃvar.Â
“Necesitamos con urgencia guantes de látex y caucho para las actividades de limpieza”, pide la maestra. Estos dÃas las donaciones han aumentado y han podido alimentar a cerca de 2 000 personasen.
También coincide en que falta ropa para hombres. Son la gran mayorÃa, pues calcula que haya apenas unas 200 mujeres.
Cerca de las 10:00 los lÃderes indÃgenas piden a sus comunidades abandonar el espacio de descanso y salir a las calles.
“No vinimos de turismo, ni a pedir nada. Vinimos a gluchar”, asegura LuÃs Guamba de 27 años que lidera a los cerca de 500 bolivarenses que llegaron a Quito. Hay un horario para entrar y salir del coliseo y él se encarga de controlarlo.
En las calles aledañas a ambos lugares siguen llegando personas particulares a entregar refrigerios y bebidas. De varios autos bajan canastas de pan, gaseosas y agua para los manifestantes.Â