En la Urbanización El Rosario, a pocos metros del río Monjas, se encuentran unas cintas amarillas que advierten el peligro. Las lluvias y la creciente del río ha ocasionado que la tierra de a poco vaya cediendo.
Alexandra Naranjo, presidenta de la Urbanización El Rosario, contó que están preocupados. A 20 metros ya se encuentran las casas que están habitadas y temen que con el pasar del tiempo los deslizamientos de tierra continúen y sus viviendas resulten afectadas.
A este problema se suma que la urbanización también colinda con la quebrada de Santa Rosa y esta no ha recibido mantenimiento.
Actualmente, el cauce cuenta con un túnel que atraviesa la avenida Simón Bolívar y dos estructuras de captación. Estas retienen los objetos de gran tamaño e impiden el taponamiento del drenaje hacia el río Monjas.
Taponamientos y acumulación de piedras
En una inspección que realizaron los vecinos, evidenciaron que las estructuras se encuentran taponadas y están al 40% de su capacidad. En el lugar se evidencia una gran acumulación de material pétreo y arena. Esto es producto de la erosión de la parte alta de la montaña donde anteriormente funcionaba una cantera.
Cristian Moreno, morador del sector, reveló que la falta de mantenimiento de esta quebrada ya ha causado tres desbordamientos. En el 2013, 50 viviendas resultaron afectadas. Un año después pasó lo mismo y tres viviendas presentaron daños. En el 2020, la garita y la casa del guardia de seguridad de la urbanización resultó con daños.
Un riesgo latente
Jacqueline Castro, presidenta del GAD Pomasqui, conoce a profundidad la problemática de la zona y teme que si no se toman acciones ocurra una desgracia. Pide la intervención urgente de las autoridades pertinentes.
Afirma que este lugar se encuentra entre las zonas que se encuentran en riesgo que son Santa Rosa, La Esperanza, El Común, Balcón del Norte, Parcayacu, Ciudad Bicentenario, La Pampa, San Cayetano, piscinas de San Antonio y La Antonia.
Castro dice que son cinco quebradas que desembocan en el río Monjas y estas se han convertido en basureros. Junto a los moradores han realizado trabajos de limpieza porque los olores nauseabundos llegan hasta el interior de las viviendas.