Este 13 de julio del 2019 se registraron lluvias en Quito, aunque el sol volvía a salir de rato en rato. Foto: Yadirta Trujillo / EL COMERCIO
En pleno verano, desde las 12:00 de este sábado 13 de julio del 2019, en el sur de Quito empezó una leve llovizna. A esa hora, gotas de agua acompañaron a los usuarios de la Ecovía, desde Quitumbe hasta la plaza de Santo Domingo.
En el centro, el sol fue intermitente. Los transeúntes nacionales y extranjeros de calles como la García Moreno, la Cuenca, la Venezuela y de diferentes plazas históricas esperaron la llegada de lluvias por la oscuridad del cielo quiteño en repetidas ocasiones. Sin embargo, el sol volvía a salir de rato en rato, lo que no detuvo el flujo peatonal entre el mediodía y las 15:00.
Pero antes de las 16:00, la lluvia empezó a caer en el norte y sur de la ciudad. En el sector de El Bosque la lluvia fue leve y duró poco. Pero en el sur se sintió con intensidad, por ejemplo, en sectores aledaños al redondel de El Calzado.
En el transcurso de la semana, el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), indicó que el ingreso de masas de aire seco y frío, provenientes del Océano Pacífico, incidieron en Ecuador. Según el Inamhi, eso disminuyó la intensidad de las precipitaciones.
Según el reporte de la Dirección de Pronósticos y Alertas, hasta las 16:00 de este sábado 13 de julio, la región Interandina presentó los más altos índices de radiación UV, con un rango de 8 a 12, que corresponde a niveles entre muy altos y extremadamente altos.
Entonces, ¿por qué las lluvias? Cristian Paliz, especialista de pronósticos y alertas del Inamhi, explicó que se trata de un fenómeno motivado por la humedad, que provino de la cuenca amazónica y desde el norte y sur de Colombia.
Esa humedad que ingresó durante todo el día, más el calentamiento diurno del fuerte sol en la mañana –señaló el especialista– fueron los ingredientes perfectos para que se presente nubosidad vertical, que produce lluvias en la ciudad.
Paliz señaló que se trata de fenómenos atmosféricos termodinámicos que son difíciles de predecir, a menos que sean a gran escala. Este sábado, hubo dos núcleos, de manera dispersa: uno en el sur uno y otro en el norte de Quito. En el centro la influencia fue leve, por lo que no se pasó de una llovizna.
Paliz dijo que aunque se viva el inicio de la época seca en la capital, es bueno recordar a la población que junio, julio, septiembre y agosto son meses de transición entre la época seca y la lluviosa. Por eso es posible que se den estos eventos, pero no como en épocas lluviosas, que pueden ser todo los días y con lluvias generalizadas.
En esta época seca, el fenómeno se presenta con mayor amplitud de tiempo. Esto quiere decir que no hay ausencia completa de lluvias, sino que el intervalo de tiempo en el que ocurren es más extendido, precisa Paliz. Por ejemplo, “puede darse una lluvia hoy, otra la próxima semana o luego de quince días”.
Debido a que el pulso de humedad se mantiene, Paliz recuerda que no se descarta que desde hoy, 13 de julio, hasta el lunes 15, se puedan presentar estos eventos, que son de corta duración, pero pueden llegar a ser intensos.
Asegura que el sur de Quito siempre es más propenso a este fenómeno porque ahí existe uno adicional: la convergencia de vientos, que se juntan en ese sector. Ahí las masas de aire que tienen mayor humedad se acumulan y la nubosidad crece, indica. Eso, sumado al calor de la mañana provoca nubosidad vertical. Lo que provoca que, como hoy, en horas de la tarde se presenten este tipo de fenómenos.
Al necesitar del calor diurno para producirse todo el proceso, las lluvias de este tipo no podrían producirse en las mañanas, asegura el especialista del Inamhi. “Tiene que haber calentamiento”.
En ocasiones se puede dar caída de granizo y descargas eléctricas bastante aisladas. Pasadas las 18:00 de este sábado, en el centro norte las lluvias se volvieron intensas.
El Inamhi pronostica que entre lunes 15 y martes 16 de julio se podrían presentar nuevas lluvias y desde el miércoles 17 de julio nuevamente se sentirán las condiciones de verano: cielos más despejados, ráfagas de viento e índices de radación UV.