El invierno con sus lluvias ha llegado. Y por su geografía particular, Quito mira hacia las quebradas y los sumideros. Para evitar cualquier contratiempo -tragedia, incluso-, el Municipio ha llevado adelante un plan con una inversión de 4,7 millones de dólares en limpieza, obras preventivas y reposición de rejillas.
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Limpieza de los sumideros
La Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (Epmaps) asignó 1,4 millones de dólares para la limpieza y mantenimiento de más de 200 000 sumideros distribuidos por toda la ciudad. Este trabajo, que se realiza de forma preventiva, busca garantizar el correcto flujo de agua pluvial y evitar taponamientos que puedan causar inundaciones en calles y avenidas principales.
Según las autoridades municipales, estas labores incluyen el retiro de desechos como hojas, plásticos y tierra, que tienden a acumularse con las lluvias intensas. Además, el Cabildo hace un llamado a la ciudadanía para que no arroje basura en la vía pública, ya que esto contribuye directamente al colapso de los sistemas de drenaje.
Intervención del Municipio en quebradas
Paralelamente, el Municipio de Quito invierte 3,3 millones de dólares en el mantenimiento y limpieza de más de 200 quebradas que atraviesan la urbe. Estas acciones buscan mitigar el riesgo de deslizamientos de tierra y desbordamientos, problemas recurrentes en zonas de alta vulnerabilidad.
Los trabajos incluyen la remoción de sedimentos, desechos sólidos y vegetación que obstruyen el flujo natural del agua. Además, se han realizado inspecciones técnicas para identificar posibles puntos críticos y reforzar taludes.
Según Verónica Sánchez, gerente de la Epmaps, se realizan intervenciones clave en varias quebradas de la ciudad. Entre ellas, está la de El Tejado, ubicada en La Comuna.
“Ya terminaron los trabajos en la ampliación del cuenco en la zona baja y otros que se desarrollan en la parte alta con una estructura metálica para hacer captación de escombros y material para prevenir futuros deslaves”, indicó Sánchez.
Esta obra busca mejorar la capacidad de retención y el manejo seguro del agua y los sedimentos en esta quebrada estratégica.
En cambio, en las quebradas Caicedo y Osorio, en el norte de la ciudad, se reforzaron estructuras y se realizó una limpieza profunda para garantizar el flujo de agua.
En total, se han intervenido las 142 estructuras existentes en las 101 quebradas de la ciudad. Estas labores incluyen el desalojo de 68 000 m³ de material acumulado, como sedimentos y desechos sólidos, un volumen significativo que permite mitigar riesgos de colapsos y deslizamientos.
El mal recuerdo de las lluvias de invierno
Históricamente, Quito ha enfrentado tragedias asociadas a los deslaves provocados por las lluvias. Uno de los casos más recientes ocurrió en enero de 2022, cuando un aluvión en el sector de La Gasca dejó 28 fallecidos, 48 heridos y cientos de viviendas afectadas.
El deslave de La Gasca fue causado por la acumulación de sedimentos y una lluvia excepcionalmente intensa. Los sistemas de drenaje se saturaron y generaron una corriente de lodo y escombros que arrasó con todo lo que encontró a su paso.
Otro evento significativo ocurrió en el 2017, en el barrio de El Pinar Alto, donde varias viviendas fueron destruidas debido a la saturación de un talud. Este hecho subrayó la importancia de monitorear de manera constante las zonas de riesgo y garantizar la implementación de obras de mitigación.