El cuy con papas cocinadas y salsa de maní es un plato típico del Ecuador. Pero hoy es posible saborearlo como un postre dulce y compacto.
Este helado, elaborado por María del Carmen Pilapaña- en el valle de Los Chillos– tiene un particular sabor a maracuyá y lo ofrece desde hace cinco años. Aunque dependiendo de la temporada, el sabor varía a naranjilla.
Se lo sirve en una vasija de barro en forma de cuy que destaca el color amarillento que esconde al protagonista de este singular postre. Lo acompaña una mermelada de piña con ají, papas fritas y tostado triturados para emular al plato musa de este helado.
“Hacíamos con el cuero, con el colágeno y no nos salía bien. Un día probé con la proteína y resultó el helado”, recordó María del Carmen que es conocida por los helados tradicionales de fruta artesanales.
La primera vez que presentó su producto en la Feria del Cuy del municipio de Rumiñahui llevó ocho litros para “ver como sale” y medir la respuesta del público. En menos de una hora se acabó y lo compartió con un turista extranjero que visitaba el cantón y corrió la voz a escala internacional hasta que la prensa de varios países llegó a conocer el helado de cuy.
Como anillo al dedo le cayó este éxito pues justo en esa época perdió su empleo y necesitaba sustentar su hogar. La siguiente receta vino de la mano del catzo blanco, un insecto que se come en algunas regiones del país. Su preparación le costó meses hasta encontrar el punto perfecto para su conservación natural.
Finalmente se mezcla con piña y se acompaña con un trocito de limón que realza el sabor. También se decora con tostado molido y un catzo frito que irrumpe en el paladar hasta hacerlo estallar.
Al cuy y el catzo blando han seguido los helados de grillo, fritada, callampa (que es una especie de hongo) y encocado de cangrejo que se puede acompañar con una patita del crustáceo.
Turistas nacionales e internacionales llegan a probar la novedad y terminan saboreando más de un helado en su local en la autopista General Rumiñahui, entre los puentes 6 y 5, sentido valle – Quito.
Una parte fundamental del proyecto fue la asesoría de Oscar Fuentes, capacitador que plantó la idea de romper esquemas y cambiar los postres que se conocían. “El objetivo es promover la producción y consumo local” con todos los alimentos que tiene la comunidad y que puede fabricar con sus propias manos.
A este emprendimiento le hace falta la patente de sus creaciones para evitar que sea replicado de manera ilegitima en otros lugares.
Al otro lado de la ciudad, en el norte, se encuentra Sergio Nalvarte que se viralizó en la red social Tik Tok planteando un reto a sus seguidores: crear nuevos y locos sabores de helado.
De esta manera se creó el de encebollado, que viene acompañado de cebolla y chifle. Sergio mezcla el caldo con helado de limón y se evita usar la albacora por las personas alérgicas. El lo describe como “dulcesaladácido”.
A su heladería, en la República del Salvador N37-108 o en la Isla Marchena y Granados, llegan de todas partes a probarlo. “Hay gente que va a repetirse el helado, pero la mayoría llegan a probarlo por la experiencia, por la curiosidad”. También ha creado helado de salchipapa, de bolón de verde con queso, miel de maple con tocino y hasta cebiche de camarón.
María del Carmen al igual que Sergio seguirán apostando por la creación de más helados que recojan los sabores de todas las regiones del país.