Los tradicionales juegos con el trompo, la rayuela o la carretilla aparentan ser fáciles. Sin embargo, está antigua forma de diversión, que existía antes de los juegos electrónicos, tiene sus complicaciones y hay un plan para recuperarlos.
Mediante la iniciativa del programa Quito Juega, un evento del Municipio coordinado a través de la Dirección Metropolitana de Deportes, se incentiva la práctica de estos tradicionales juegos.
Así, todos los fines de semana se promueve los concursos con los juegos en diferentes partes de la ciudad. Se lo hace con un grado de complejidad. Por ejemplo, el trompo de madera, con una cuerda envuelta, ya no baila sobre el suelo al ser lanzado.
En el Quito Juega un humano representa la figura del trompo. Un concursante se coloca un traje de felpa mientras otro compañero lo ayuda a envolverse. La persona que está en el disfraz de trompo no ve nada y tiene que patear unas bolas de agua. Ganará el equipo que más bolas saque de la pista colocada en el suelo.
Los juegos se cumplen en diferentes sectores de la capital. El pasado fin de semana se realizaron en el estadio de Pomasqui, en el norte. Allí concursaron ocho barrios de Quito: Rumicucho, Jaime Roldós, Ponciano, Corazón de Jesús, América, San José del Condado, Pomasqui y Pisulí.
Los vecinos mostraron sus habilidades de malabaristas, atletas y equilibristas. Los concursantes se prepararon para la jornada. Ese fue el caso de Jenny Andrade, estudiante del Colegio Pomasqui.
Ella y su equipo (nueve personas más) practicaron entre jueves y viernes para participar. “Nos avisaron el miércoles pasado que íbamos a concursar, el Municipio nos entregó un CD con los juegos. Practicamos uno que otro. Todos somos compañeros y nos dimos un tiempo para ensayar”.
Al final del día, el tiempo de entrenamiento no sirvió de mucho. Quedaron penúltimos con apenas 45 puntos.
A quien sí le fue bien fue al equipo que representó a Rumicucho. Ellos quedaron primeros con 75 puntos, pero no fue casualidad su desempeño.
María Sangocha contó que su equipo lleva dos años trabajando juntos. Esa ventaja les permitió tener un buen desempeño en la competencia. “Seis hombres y cuatro mujeres participamos en todas las actividades que realiza el Municipio”, dijo. El equipo está integrado por vecinos. Al final, consiguieron su objetivo.
Galo Guerrero comandó el equipo de San José de Condado. Al igual que los otros grupos, ellos revisaron la información de la competencia y casi no tuvieron tiempo de entrenarse.
Sin embargo, practicaron un poco antes de la competencia, ya que por las actividades de todos, el equipo no pudo juntarse. Lograron 46 puntos.
Con poco entrenamiento también participó el equipo de Ponciano. Mónica Nicolalde fue la capitana elegida y al igual que San José de Condado no tuvieron tiempo para ensayar.
“Nos reunimos una noche para ver el video, pero hoy madrugamos a practicar con los trajes”, manifestó Nicolalde. Eso no fue suficiente para llegar al primer lugar y solo alcanzaron el tercer puesto, con 63 puntos.
Así se cumple la tercera edición del Quito Juega. Este año, la empresa Recrear ofreció los trajes para dar dificultad a los concursos. Las administraciones zonales tienen la capacidad de invitar a ocho barrios y entre ellos se disputan, en tres horas, la clasificación a la siguiente fase.
Las finales
El domingo 20 de noviembre serán las finales del concurso en el parque La Carolina.
La etapa eliminatoria se realiza cada semana en los barrios de las ocho administraciones.
Se calcula que en la final participarán 400 jugadores de los equipos. Hay varios premios que se repartirán.
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