El derrocamiento de la casa Chérrez, en el barrio quiteño de Bellavista, genera polémica

La casa Chérrez recibió el Premio Ornato en 1964. Foto: Ana María Carvajal / EL COMERCIO

Entre los atributos que hicieron de la casa Chérrez la ganadora del Premio Ornato el 24 de mayo de 1964 está el creativo aprovechamiento de un terreno con frente pendiente y un buen uso de materiales en estado natural, especialmente en los exteriores.
De esa construcción, ubicada en la calle Quiteño Libre, en Bellavista, en el norte de Quito, y diseñada por el arquitecto Oswaldo de la Torre, hoy solo quedan escombros. Las fotos que acompañan esta nota muestran un payloader sobre la masa de cemento, madera y piedra que quedó luego de que la vivienda fuera derrocada poco a poco desde el 22 de julio del 2019.
De nada sirvieron las alertas que hizo el Colegio de Arquitectos de Pichincha sobre el valor histórico de esta edificación, como parte de lo que ellos consideran un aporte importante del Movimiento Moderno de arquitectura en la ciudad en el siglo XX.
Pablo Moreira, presidente del Colegio, afirma que el solo hecho de haber recibido el Premio Ornato, de parte del Concejo Metropolitano de Quito, colocaba a esta casa construida en 1963 como parte del patrimonio moderno de la capital ecuatoriana.
La Dirección de Gestión del Territorio de la Administración Zonal Eugenio Espejo emitió el licenciamiento para demoler la casa. Según María Fernanda Duque, funcionaria de esa entidad, el permiso se extendió el 22 de julio -el mismo día en el que empezó su demolición- luego de juntar varios documentos habilitantes. Uno de ellos es el informe de regulación metropolitana, en el que pueden constar afectaciones -como la de prohibición de derribar un bien patrimonial- y en este caso no había.
Aunque el inmueble ya fue derribado, la Administración Zonal todavía no ha recibido información sobre el proyecto que se va a levantar en su lugar.
Los constructores tramitan ese tipo de permisos presentando sus proyectos en las entidades colaboradoras.
Una de ellas está a cargo del Colegio de Arquitectos. Moreira señala que todavía no hay ningún proyecto ingresado para su trámite “y eso también es complicado, porque el terreno podría quedar baldío por muchos años”.
La Secretaría de Territorio, Hábitat y Vivienda envió por escrito un pronunciamiento sobre el tema a nombre de su principal, Rafael Carrasco.
Allí señala que la casa Chérrez no consta en los listados oficiales que reposan en la Secretaría General del Concejo de la ciudad “y por tanto no contaba con la protección de inventario patrimonial. Si bien esta obtuvo un Premio al Ornato en 1964, no fue incluida para su protección”.
El caso de esta edificación no es el único que ha preocupado al Colegio de Arquitectos. En junio del 2017, sus miembros ya reclamaron por la destrucción de la casa Brauer, ubicada en la avenida Brasil y construida bajo la dirección del arquitecto Jaime Andrade Heymann.
Carrasco también escribió que el Municipio está consciente del gran valor de estas construcciones y la arquitectura moderna para la ciudad. Por ello, se inició la coordinación con el Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP), para corregir y acelerar el inventario de arquitectura moderna.
Moreira señaló que hoy, martes 30 de julio del 2019, tendría una primera reunión con autoridades municipales, pero recordó que ya hubo varios acercamientos con administraciones pasadas. En el último se acordó una consultoría de tres meses para tratar el tema, pero pasaron 10 meses y afirma que todavía no hay resultados. Ese vacío permitió la desaparición de la emblemática casa Chérrez que ahora está reducida a escombros.