Los plásticos negros que cubren el talud de la casa de Luis Caluquí, en el barrio San Francisco de Miravalle, están rotos y encogidos.
Fueron colocados en el invierno de abril pasado. La tierra nuevamente está húmeda por las lluvias recientes. Su casa está al filo del talud, que también es socavado por el río Machángara.
En San Francisco de Miravalle, unas 70 familias están afectadas por estar asentadas en una zona de riesgo, según el censo que se levantó en abril. A ellas, el Municipio les ofreció reubicarlas en otros sectores. Pero hay personas que se niegan a salir de sus casas.
Gloria Castro, vecina del sector, contó que apenas 10 familias han decidido dejar sus viviendas.
El resto todavía está en conversaciones con el Municipio. Elsa Rodríguez vive unos 50 años en el barrio, aunque su casa está ubicada detrás de otra que le protege del talud. Ella prefiere acogerse a la reubicación.
La razón es que el Municipio no va a realizar obras en el barrio porque no está legalizado.
En noviembre pasado se identificaron 450 barrios irregulares en el Distrito Metropolitano.
“Solo pusieron los plásticos, no van a hacer nada más, es mejor salir”, dijo Rodríguez. La vía de acceso es de tierra y por la lluvia está llena de huecos. No hay servicio de transporte público permanente. Unas busetas llegan de 06:00 a 08:00 y de 17:00 a 20:00.
Los moradores del sector no tienen alcantarillado, el agua llega por una llave comunal.
Según Castro, el único avance que consiguieron con la visita del alcalde Augusto Barrera, en abril, es que el recolector de la basura pase una vez a la semana.
El Municipio inició un Plan de Relocalización de Emergencia. Hasta agosto constaban en la lista 1 143 familias, de las ocho administraciones zonales, catalogadas en alto riesgo.
La colocación de los plásticos fue parte de las obras de mitigación que realizó el Municipio, en las zonas de mayor riesgo, hasta relocalizar a las familias. También se hicieron obras físicas como la construcción de unos 25 muros de contención y cunetas de coronación. Solo en la Administración Zonal Centro se identificaron 17 muros como prioritarios. Entre los sectores donde se intervino están: La Libertad, San Roque y San José de Monjas.
En Paluco, barrio donde ocurrió un deslizamiento por causa de las lluvias y causó la muerte de Manuel Sánchez (en abril de este año), la situación es similar. Pocos plásticos viejos y rotos cuelgan de los taludes. La casa de Carmen Escobar, que fue afectada por el deslizamiento, está deshabitada.
Ella y su familia arriendan un departamento con la ayuda del Municipio, hasta que les reubiquen en otro sitio. Según la Secretaría de Seguridad, 334 familias se beneficiaron del bono de arriendo de USD 200 mensuales, durante tres meses.
En Paluco viven unas 70 familias, por lo menos 10 de ellas deben ser relocalizadas. En esa lista está Lourdes Paucar, a quien le indicaron que esperara hasta enero. Su casa de dos pisos está al borde del talud. “Al barrio no lo van a legalizar, no habrá obras, es mejor salir”. En Paluco, los vecinos tampoco tienen alcantarillado.
En el barrio de Las Rieles el Municipio también ofreció la relocalización de las familias afectadas.
Vecinos como Laura Urquizo comentaron que aparte de la colocación de plásticos en el barrio no se ha hecho otra obra este año. Ella, al principio, no quiso salir de su casa, donde vive 18 años. Pero sus hijos la convencieron de aceptar la ayuda del Cabildo, por el peligro que hay cada vez que llueve.
El Municipio construirá 610 viviendas para relocalizar al mismo número de familias. De este total, 398 casas se ubicarán en el proyecto La Mena Dos y 163 en el Proyecto Carretas. El conjunto en La Mena estará listo para abril del próximo año, según Iván Yánez, gerente. El terreno destinado para el conjunto habitacional tiene una área de 26 868,11 m². Allí se construirán 402 unidades de vivienda, que se dividen en departamentos y casas.
El área de construcción varía entre 65 y 120 m². Yánez explicó que también está prevista la construcción de 44 locales comerciales, áreas verdes, una sala comunal, un centro de desarrollo comunitario y de estimulación temprana. Habrá 169 parqueaderos.
Desde hace un mes se empezó con la obra. Hay maquinaria que trabaja en la nivelación del terreno y la instalación de infraestructura para agua y alcantarillado. Hasta finales de año se espera que el 80% de la estructura habitacional esté levantada. Las viviendas tendrán acabados básicos.