Este domingo 4 de julio del 2021, usurarios acudieron al Centro de Convenciones Metropolitano de Quito para recibir la vacuna contra el covid-19.
En el lugar, el proceso de inoculación comenzó a las 08:00. Sin embargo, a las personas les informaron que las vacunas estaban congeladas y que debían esperar cerca de 30 minutos para que se descongelaran.
Esto concuerda con el testimonio de Rodrigo Cadena, un hombre de 63 años que acudió a las 07:45 a recibir la segunda dosis de Sinovac. “Estoy casi tres horas aquí y sigo a espera; estoy molesto, porque nos explicaron que todo llegó congelado. Además, yo vine ayer y me indicaron que se acabaron”.
En los exteriores del lugar se observó una fila ordenada y sin aglomeraciones de personas que esperaban su turno.
En el interior del Centro, varias personas aguardaban en el primer piso, sentadas en sillas, para posteriormente dirigirse al segundo piso, en dónde recibieron la primera o segunda dosis, dependiendo de cada caso.
Lo opinión de los usuarios variaba en cuanto al proceso logístico. Unos consideraban que había organización y otros que no.
Carolina Espinoza, auxiliar de Enfermería, tiene 36 años y hoy recibió la segunda dosis de Sinovac. Dice que el proceso es ordenado.
María Elena Herrera, médica Veterinaria de 36 años, recibió la segunda dosis de Sinovac. Acudió desde este 3 de julio al Centro de Convenciones Metropolitano, hizo una fila durante tres horas y le indicaron que se acabaron las vacunas.
Por eso acudió nuevamente este domingo 4 de julio, para ser finalmente inoculada. Considera que debería existir más organización e información. Sin embargo, se siente tranquila. “Ya creo inmunidad y si me contagio los síntomas son más leves y el riesgo de mortalidad disminuye”.
Dentro de las personas que acudieron a este sitio, algunos indicaron que se sienten satisfechos, porque de esta forma la situación económica de varios sectores puede mejorar al darse la reinserción laboral, con la seguridad de estar protegidos contra el covid-19.
Gladys Egas tiene 57 años, recibió la primera dosis de Pfizer y consideró que se siente protegida. Señaló además que “Espero que existan más fuentes de trabajo, para salir adelante, yo soy propietaria de un restaurante, mi anhelo es tener más clientes, que se sientan seguros de acudir al estar ya vacunados”.
En ello concuerda Luis Obando, de 57 años, quien recibió la primera vacuna de Pfizer. “Me siento más tranquilo con mi salud, es una bendición contar con esto, yo trabajo en el sector de transporte y así realizaré mis labores de forma más segura”.