Testimonio. César Eduardo Torres.
Vivo en la Lucha de los Pobres, pero todos los días salgo a trabajar a la avenida Maldonado. Me subo en los buses desde aquí hasta el puente de Guajaló, vendiendo bolos.
En mi trabajo me encuentro con muchas cosas. Cuando me subo a un bus, hay choferes que son abusivos. Le dicen a uno hijo de tal y cual, bájate, este no es mercado, al dejarte subir te doy de comer… Es bien preocupante.
Además, en esta avenida no hay suficientes paradas de buses. Por ejemplo, en la feria de Guajaló, no hay dónde coger el bus. Aquí los ratos que más se arma el tráfico son de las 12:15 a 14:00, más o menos. Después ya es un poco más fluido.
La gente en esas horas, me compra más, porque hace calor en el bus. Pero a veces los controladores no nos dejan subir.
Yo creo que el pico y placa sí está bien, pero no es suficiente para Quito. También hay otros problemas con los buses. Muchos tienen llantas lisas y la gente se baja donde no hay paradas. A veces paran de golpe y se oye cómo los carros patinan.
Cuando uno quiere embarcarse, mucha gente empuja para subir y no le dejan salir a los que ya se van, menos hacen hace fila. Y al cruzar por las calles también sucede que los carros se paran en los pasos cebra, que son para la gente. No respetan, pitan mucho y a veces le gritan a uno.
Como yo trabajo en la calle todo el día, veo a cada rato esas cosas y me da pena. Se ve que no hay respeto por nada ni nadie.