El paso del tiempo en la iglesia de San Francisco, en el Centro Histórico, es evidente. En la sacristía, la cervecería artesanal, el altar, las capillas del Altísimo y del Jesús del Gran Poder se observan daños en las estructuras y las obras de arte.
En el primer sitio, ayer, durante un recorrido se constató que los pilares están deteriorados. La pintura que los cubría se ha desvanecido. En ciertas partes se puede observar los ladrillos expuestos. Lo mismo ocurre con los murales que había en el tumbado. Hay partes que perdieron el color original. Ahora son grises o naranjas.
[[OBJECT]]Las obras de arte también tienen daños. En el arco en donde se muestra una pintura de Jesús cuando es bajado de la cruz está roto. El pan de oro que cubría el retablo ya no brilla. Es opaco. La madera tiene pequeños huecos producidos por las polillas y un bicho llamado xilófago.
La misma realidad se evidencia en la cervecería artesanal. En el sitio, en donde los franciscanos preparaban esta bebida, el tumbado cedió. Las vigas de madera están expuestas.
En la capilla del Pilar conocida como del Altísimo, ubicada a un costado del altar mayor, hay humedad. Un lienzo de San Francisco A. Miguel está ondulado. La pintura de las letras está difuminada. En promedio en esta iglesia hay más de 3 500 bienes muebles (pinturas, altares, retablos, esculturas). De estos un 50% (1 750) está en peligro.
La construcción de la iglesia tiene 5 000 metros cuadrados. Data del siglo XVI. Fue construida por Fray Jodoco Rique.Casi 478 años después de que empezó la construcción de la iglesia, la madera de los altares y las esculturas que están en el templo han perdido la nitidez. Pero el daño no solo es causado por el paso del tiempo. En la capilla de Jesús del Gran Poder, cerca de la entrada, hay paredes que son usadas como lienzo por los creyentes. Ahí se agradece o pide favores. Se usan marcadores, corrector, esferos.
Alcira Sandoval, especialista de Cultura de la Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia, la Educación y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés), mencionó que la humedad crea condiciones negativas. Produce hongos que destruyen las estructuras arquitectónicas y obras de arte.
Los daños mencionados son parte de las áreas que requieren ser intervenidas. En el Plan de Gestión conjunto conventual San Francisco de Quito, elaborado por la Unesco, se detallan cuatro proyectos. Conservación de la arquitectura, de los bienes muebles, turismo sostenible y gestión de riesgos. Se detallan 10 ítems que demandarían alrededor de USD 3 millones (ver infografía).
Para recaudar parte de esta cifra, la Unesco emprendió la campaña denominada Nuestro patrimonio, nuestra responsabilidad. Hasta abril del 2015 se aspira obtener USD 1 millón.
Se creará un fideicomiso y colocarán ánforas en el convento de San Francisco y otros sitios. En 10 días se informarán las direcciones. Sandoval señaló que el objetivo es impulsar actividades para crear un fondo constante. De ahí se obtendrían los recursos para conservar este bien patrimonial.
Por ahora se cuenta con el apoyo de entidades públicas y privadas. Están el Ministerio de Cultura, el Instituto Metropolitano de Patrimonio, Quito Turismo, Cooperación Italiana, la Universidad Tecnológica Equinoccial, el Gobierno de México, entre otras. Según Carlos Amendaño, fray franciscano, esta campaña ayudará a conservar este bien histórico. “La iglesia es un referente para los turistas”.
Por eso, se han hecho ya otras intervenciones. Ana Armijos, directora del Instituto Metropolitano de Patrimonio, mencionó que en la actual gestión se ha destinado alrededor de USD 2 millones. Se ha rehabilitado el artesonado, la fachada de piedra y se cambió el piso de la iglesia. Estos sitios rehabilitados contrastan con los otros espacios. Por ejemplo, en el artesonado el esplandor del pan de oro resalta sobre el altar. La funcionaria sugiere dar continuidad a la rehabilitación.