Un grupo de policías realiza un trabajo de vigilancia en el parque La Carolina, en Quito. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
Los robos quedan grabados en videos. En unas imágenes se ve cómo los asaltantes ingresan en las noches a las casas y se llevan las pertenencias. En otras se ven a grupos que atacan a personas en las vías.
El sistema ECU-911 recibe constantemente llamadas pidiendo ayuda por estos hechos. Por ejemplo, el jueves un hombre que entró a una casa en el sur de Quito fue captado por una cámara de vigilancia.
Luego de sustraerse aparatos electrónicos y relojes, el sospechoso escapó por el cerramiento de un convento.
La Policía desplegó sus equipos y tiene datos de las pesquisas. El comandante de la capital, Fausto Salinas, sabe que hay una relación directa entre el desconfinamiento y el aumento de las actividades delictivas.
La información levantada señala que en el pico más alto de la pandemia por el coronavirus, las bandas tenían menos capacidad para operar, pues había menor movilidad, las restricciones eran más fuertes, al igual que la presencia de policías y militares en las calles.
Las estadísticas oficiales del país muestran cómo tras el estallido de la crisis los reportes de robos a personas y a casas bajaron. Pero hoy suben poco a poco, aunque no llegan a los niveles de enero.
El director del ECU-911, Juan Zapata, señala que en enero y febrero pasados las llamadas por temas de seguridad ciudadana (robos, asaltos, riñas, libadores) representaban el 68% de todas las emergencias registradas a escala nacional. Hasta abril cayó al 48%, pero en junio cerró con el 65%.
Una de las últimas atenciones se registró ayer 30 de junio del 2020. En el sector de la Cardenal de la Torre, en el sur de Quito, se aprehendió a un ciudadano luego de que hiriese de gravedad a un adulto mayor para robar su casa.
Según los reportes policiales, el desconocido se llevó joyas y teléfonos en una mochila. Luego de recibir una alerta, los agentes lo detuvieron cerca de la vivienda de la víctima. Ahora enfrenta un proceso judicial.
En otro punto de la urbe, en las calles Portete y Gregorio Munga, sector Iñaquito, la Policía detuvo el miércoles pasado a tres hombres que intentaron robar una bicicleta que estaba en el jardín de una casa.
Los propietarios del inmueble alertaron sobre la presencia de los sospechosos a través de la línea de emergencias.
Precisamente, ayer 30 de junio se realizó un operativo en ese sector. Los agentes dividieron sus tareas para que la ciudadanía respetara el distanciamiento social, las normas de bioseguridad como el uso de mascarilla y también para prevenir delitos. Por ejemplo, se revisó a las personas que estaban en el parque La Carolina para confiscar posibles armas blancas y se hizo una revisión de los documentos personales.
El coronel Armando Padilla, jefe del circuito Iñaquito, señala que las tareas de seguridad ciudadana y de apoyo para la emergencia se ejecutan desde el 16 de marzo, cuando empezó la emergencia, pero con el cambio de semáforo de rojo a amarillo (el 3 de junio) los operativos antidelincuenciales han cobrado fuerza.
Los uniformados ponen en marcha estrategias para evitar que las cifras sobre las actividades delictivas lleguen a las registradas antes de la emergencia. En Quito se identificaron puntos críticos para conocer las principales denuncias y qué tipos de delitos se repiten. La idea es identificar a las organizaciones delictivas que podrían generar inseguridad.
En Quitumbe y Eloy Alfaro (sur) hay más problemas por robo a casas y carros. En Iñaquito, La Carolina, González Suárez hay atracos a personas.
Las estrategias contra el delito también se ponen en marcha en otras ciudades del país.
En asaltos a viviendas, los mayores inconvenientes están en Guayaquil, Quito y Machala.
La madrugada de ayer 30 de junio, los uniformados rompieron las seguridades de un domicilio ubicado en esta última ciudad. Los informes señalaron que ahí se escondía una banda. Miembros del Grupo de Operaciones Especiales (GOE) ingresaron para capturarlos.
Otros allanamientos se realizaron simultáneamente en viviendas ubicadas en Santa Rosa y Huaquillas. Hubo al menos cinco detenidos.
Las investigaciones previas los señalan como responsables de asaltos antes y durante la emergencia sanitaria.
Inteligencia policial advierte que las actividades ilícitas del grupo aumentaron en el último mes. Por eso, los investigadores aseguran que harán rastreos más rigurosos.