Operativos en el Centro Histórico buscan frenar el comercio informal

La Ordenanza Municipal No. 280 prohíbe el otorgamiento de permisos para comerciantes autónomos en el Centro Histórico por ser Patrimonio Cultural de la Humanidad. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO

La Ordenanza Municipal No. 280 prohíbe el otorgamiento de permisos para comerciantes autónomos en el Centro Histórico por ser Patrimonio Cultural de la Humanidad. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO

La Ordenanza Municipal No. 280 prohíbe el otorgamiento de permisos para comerciantes autónomos en el Centro Histórico por ser Patrimonio Cultural de la Humanidad. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO

Constantes operativos realizados por la Agencia Metropolitana de Control (AMC) en conjunto con la Policía Metropolitana, Policía Nacional, Migración y Dinapen, se efectúan en el casco colonial de Quito, con el fin de frenar el comercio informal.

La Ordenanza Municipal No. 280 prohíbe el otorgamiento de permisos para comerciantes autónomos en el Centro Histórico por ser Patrimonio Cultural de la Humanidad, sin embargo en la práctica son docenas los vendedores ambulantes que trabajan en este punto de la ciudad.

La Policía Metropolitana es la encargada de hacer un llamado de atención a los informales para que se retiren del sitio en donde efectúan su actividad, pero en caso de que no acaten el pedido, se les sanciona con el retiro de la mercadería, que es llevada a una bodega de la AMC.

Según Johana Aguirre, supervisora de la AMC, todos los productos que llegan hasta esa dependencia son devueltos a sus propietarios en horas o días posteriores. “Dependiendo si el producto es perecible o no perecible devolvemos el mismo día del retiro o en los días siguientes”.

La Ordenanza Municipal No. 280 prohíbe el otorgamiento de permisos para comerciantes autónomos en el Centro Histórico por ser Patrimonio Cultural de la Humanidad. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO

El comerciante que fue sancionado con el retiro de su mercadería deberá acercarse hasta las calles El Sol y El Universo, en donde se encuentran las oficinas de la AMC y allí deberá presentar la cédula original o pasaporte, en caso de que se trate de un extranjero, y además deberá llevar una copia de un servicio básico del lugar donde vive. “Antes de entregarle sus productos el comerciante debe firmar un acta de advertencia, en la que se le indica que la actividad que se encontraba realizando es prohibida y que en caso de reincidir se iniciará un proceso administrativo sancionador. “La multa en caso de que repita la infracción es de más o menos USD 187”, señaló Aguirre.

Jenny Guamán vende diferentes artículos en el centro histórico desde hace dos años y sabe que día a día corre el riesgo de ser sancionada. “Es vedad que no está permitido el comercio informal, pero es una forma de trabajar. Hoy en día es más fácil vender estupefacientes que ser comerciante informal. Nos dicen que no podemos estar aquí porque se da una mala cara del Centro Histórico pero yo me pregunto qué hacen con los alcohólicos que se pasean por las plazas. A ellos nadie les dice nada”, comentó.

La comerciante además desconfía en el proceso de recuperación de la mercadería decomisada. “Si a mí se me llevan mis productos yo no voy a pedir la devolución, porque ahí hacen firmar un papel y es para tenernos vigilados”, dijo.

La Ordenanza Municipal No. 280 prohíbe el otorgamiento de permisos para comerciantes autónomos en el Centro Histórico por ser Patrimonio Cultural de la Humanidad. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO

Sin embargo, Aguirre señala que el proceso de devolución busca reducir el impacto social que significa retirar la mercadería a los vendedores informales, sobre todo en una época con una economía complicada.

“Es necesario hacer conciencia como ciudadanos, porque tanto el que compra como el que vende está fomentando la desorganización de la ciudad”, concluyó la funcionaria.

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