Hoja de vida
Santiago Nieto
Su trayectoria. Director de Informe Confidencial, firma especializada en la medición de la opinión pública. Como estratega político ha asesorado campañas electorales y gobiernos en Argentina, México y Ecuador.
Su punto de vista. Sostiene que una campaña presidencial con el mensaje político correcto puede llevar al país a una segunda vuelta electoral en el 2013.
El fin de la reinscripción de las organizaciones políticas, ¿en verdad inaugura un nuevo sistema de partidos como ofreció la Constituyente?
No es un nuevo sistema. Más bien hay que ver qué pasa con el conjunto de los electores. Es importante saber si estas nuevas formaciones políticas responden a la expectativa de los ciudadanos.
¿Cómo se puede verificar esa conexión si apenas ha terminado el registro?
A través de las formas. El llamado formulado a los jóvenes a la participación política responde más al siglo XX que al siglo XXI.
¿Por qué?
Por ejemplo, no veo ‘cibermilitancia’. Es decir, no veo que se hayan usado las nuevas formas con que estos ciudadanos se incorporan a la vida pública. Todos los partidos recogieron las firmas de una forma tradicional.
¿Estos partidos solo son un sinónimo de firmas?
Exactamente. Creo que se cumplieron formalismos y se reforzaron estructuras de partidos políticos propios de la mitad del siglo anterior. No se ve una innovación, sino más restricciones para la participación política.
¿Son maquinarias electorales que se aceitan para las elecciones de febrero?
Su forma es anacrónica y caduca. Estas agrupaciones no han visto el mecanismo para incorporar a una ciudadanía que odia a la política. Más del 70% de la gente dice que no le interesa la actividad.
Con este tipo de organizaciones, ¿qué se puede esperar la campaña electoral?
El nacimiento de nuevas figuras y actores políticos. Hay una alerta a la clase política por el fenómeno de Alianza País y del correísmo.
¿Alerta?
Sí, porque les ganó todas las elecciones e impuso un sistema. Hay un partido que captó la voluntad de la mayoría en contra de intereses de otros grupos.
¿Esta campaña será igual de ‘aburrida’ que la presidencial de abril del 2009?
No, porque ya hay un ejercicio del Poder del Ejecutivo…
Las encuestas califican bien al Presidente.
Ecuador ha atravesado por una buena época y el Presidente ha recogido ese sentir de la gente. Por eso su popularidad. Sin embargo, el ejercicio del poder desgasta.
¿Aunque la mayoría apruebe la gestión presidencial?
Es imposible que todos estén contentos. Cuando se hace política muchos quedan desplazados y no están en el beneficio del Estado. Por eso, si algún candidato logra recoger el anticorreísmo va a tener una votación importante. Eso le catapultará para que sea una figura en cuatro años o, quién sabe, en este mismo período.
¿Quiere decir que aún no está dicha la última palabra en la carrera presidencial?
Nunca hay que decir que una elección está definida. Hay que recordar el 2006. En primera vuelta León Roldós era el favorito, pero perdió. Al inicio de la segunda se suponía que Álvaro Noboa ya era presidente y no lo fue.
Pero ahora hay un Presidente-candidato con una fuerte imagen, con el aparataje estatal a su disposición, con medios públicos y una legislación a su medida.
Eso es cierto, pero sí han existido fenómenos electorales en esas circunstancias.
¿En dónde?
En Brasil, Marina Silva del Partido Verde corría con el 2%, frente a una Dilma Rousseff muy fuerte, que era del partido de gobierno y con un presidente muy popular –Lula- que la apoyaba. De ese 2%, Silva subió al 20%. Lo hizo con un partido que no existía y con una legislación muy cerrada. Una campaña con un mensaje definido, inteligente, dirigido a grupos específicos y con estrategia puede ser una campaña ganadora.
¿Es posible que en el escenario local irrumpa una nueva figura con opciones?
Hay algunos precandidatos interesantes como Guillermo Lasso, Fabricio Correa y Mauricio Rodas. Los tres pueden crecer.
¿Por qué?
Son nuevos y pueden recoger el anticorreísmo. Pueden presentarse como una opción diferente a la del Presidente.
En el caso de Lasso, ¿su pasado político puede convertirse en un lastre?
No, porque es visto como un empresario. Resta por ver cómo maneja su figura.
¿O cómo otros candidatos manejan el pasado de Lasso?
En política el candidato tiene que manejar su imagen, pero no dejar que otros lo hagan.
¿El hermano mayor de Correa no genera resistencias?
Aunque también sea un Correa, está por verse cuánto puede captar el anticorreísmo. Él es el principal opositor del Gobierno desde hace mucho tiempo. Es un tipo inteligente y simpático.
¿Es un buen candidato?
De ese grupo creo que todos son buenos candidatos. Cualquier persona inteligente, disciplinada y ordenada es buen candidato.
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¿Qué opciones tendría el candidato que la izquierda quiere presentar y que puede ser Alberto Acosta, Paúl Carrasco o Salvador Quishpe?
De ese sector también puede emerger una figura importante. Eso le puede quitar votos al presidente Correa. No olvidemos que él contó con esa fuerza política para llegar al poder. Por eso será interesante ver el sistema de alianzas. Eso definirá el éxito del Presidente y de la oposición.
¿De ese grupo de candidato puede salir una opción que ponga en problemas la reelección de Rafael Correa?
Sí, porque las reglas del juego señalan que para ganar debe tener 40% de votos y 10 puntos de ventaja sobre el segundo.
¿Una segunda vuelta es un riesgo para el Presidente?
Claro: si hay segunda vuelta se puede reestructurar el electorado. En ese caso, quien sea el finalista va a fortalecerse mucho y será una alternativa real y clara frente a Alianza País.
Entonces, ¿el resultado de la consulta del 2011 sí fue una alerta al oficialismo?
Son temas diferentes. En ese caso no estaba de por medio la figura del Presidente. Aunque esa consulta sí se puede relacionar con la elección de asambleístas, pues hay provincias de la Sierra centro que no están conformes con el proyecto formulado por el Presidente. Ahí pueden darse fenómenos de cara a la Asamblea.
¿Qué pasa con otras figuras con mayor trajín político como Lucio Gutiérrez?
Él tiene altos puntos negativos. No ha trabajado en contrarrestar esa imagen. Algo similar ocurre con Álvaro Noboa. Ambos son señalados por el Presidente como parte de la partidocracia; ese ataque les hizo mucho daño.
¿La posible participación de ambos reduce la opción de que otro postulante de la oposición pueda tener opciones reales?
Para partidos como Sociedad Patriótica y el Prian es importante tener un grupo de asambleístas. Tienen que presentar una propuesta para poder vivir.
Si hay candidatos del centroderecha, del populismo y de la izquierda, ¿Correa puede presentarse como la carta del centro y el equilibrio?
El Presidente tiene mucho que mostrar para su campaña. Es gobierno y tiene muchos recursos.
¿Es posible que candidatos fuertes de esas tendencias resten votos a la base de Correa y obliguen a un balotaje?
También puede suceder que todas esas tendencias dividan el anticorreísmo. No sé qué le perjudica o beneficia más a Correa: un solo candidato o muchos. La oposición debe analizar más el tema.
¿Por qué?
La unión de un candidato puede fortalecer una figura importante y crear una verdadera oposición. Pero depende cuál sea el objetivo de la oposición: pelear por la Presidencia o por la Asamblea.
Si está casi descartado un solo candidato opositor, ¿se puede intuir que la meta de la oposición es la Asamblea?
Percibo que es así. Es un objetivo más fácil de lograr porque esa elección es provincial.
¿Incluso con el nuevo método de reparto de escaños que, en el papel, beneficiaría a Alianza País?
Sí, porque en esos espacios hay figuras que pesan mucho y que no son del oficialismo. Ahí se puede crear una alternativa de poder. Ahora resta ver qué mensaje usa el Presidente y sus adversarios.
¿Al Presidente se le agotó el discurso del cambio tras 5 años de administración?
El cambio sigue siendo suyo. En su discurso sigue hablando de enemigos que ya derrotó y que son comunes para los ciudadanos: partidocracia, la oligarquía, etc. Si a esto se suma las bondades que tiene el Gobierno por las divisas, su mensaje aún es creíble.
¿Las otras candidaturas pueden apropiarse de ese mensaje de cambio?
Lo que se debe analizar con precisión es si el cambio es el mejor mensaje para la campaña. El acierto en la elección será la definición del eje de los discursos.
¿Cuánto incide en el electorado las encuestas favorables que Correa exhibe?
Nunca los electores votan por encuestas. Las encuestas empleadas como un elemento de publicidad son un uso primitivo de la investigación.
¿Las gestiones de alcaldes de Alianza País, en ciudades como Quito y Cuenca, pueden causar ruido en la elección presidencial?
A escala regional pueden tener un efecto, pero el Presidente tiene mucha fuerza en ambos sitios.
Correa dice que su bastión electoral ya no es Cuenca, sino Guayaquil.
No sé si eso sea así. El Presidente es fuerte a nivel nacional.
¿No llama la atención que Correa no mencione Quito?
Puede ser una estrategia para regresar a ver a Guayaquil. La imagen del Presidente no es afectada por la gestión de sus alcaldes. Más bien una figura como la del alcalde Jaime Nebot en el Puerto Principal puede ser incómoda.
¿Quiere decir un Jaime Nebot trabajando para otro presidencial?
Desde luego. Eso no le va a permitir afianzar (a Correa) su posición en esa jurisdicción.
Si el Presidente es tan fuerte y tiene todo el escenario a su favor ¿por qué se empecina en fijar restricciones a la labor de la prensa durante época electoral?
Es parte de una línea de acción frente a la prensa, basada en una posición ideológica. En el caso electoral, desde el Gobierno se ha dicho que el sistema de los medios no era justo y por eso lo han cambiado. Yo digo que con ese sistema Correa fue presidente.
¿Los medios jugaron para la candidatura de Correa?
La prensa que ahora tanto ataca fue una de las plataformas que él usó para llegar a la Presidencia.
¿La prensa privada?
Sin duda.
¿La prensa “mercantilista”, como ahora él la califica?
Cuando fue candidato, la prensa le ayudó en su objetivo. Los medios le dieron espacio y no lo hicieron porque fueran partidistas.
¿Por qué hubo espacio mediático para él?
Era un ejercicio democrático y la apertura de los medios fue para todos los candidatos. Los medios abrieron el juego.
¿Las restricciones a la prensa cierran la opción a que otro candidato pueda beneficiarse de esa apertura para darse a conocer, como en su momento lo hizo Correa?
Entre menos posibilidad de que los candidatos se expresen para llegar a la población, se cierran las puertas a una alternativa política.
De la baraja de precandidaturas, ¿a cuál asesoraría para la presidencial?
A cualquiera. Creo que todas las personas que están en este momento es interesante, inteligente y con una propuesta.
¿Podría hacer que ganen?
Una campaña inteligente puede triunfar.
¿Incluso ganar frente al Presidente?
Si hay un muy buen candidato siempre se puede ganar.