El exministro del Interior, Patricio Carrillo, acudió este jueves 23 de febrero a la Asamblea. Entre aplausos de generales en servicio pasivo de la Policía y asambleístas del oficialismo, Carrillo se defendió del juicio político impulsado por la oposición legislativa.
Los asambleístas del correísmo Jahaira Urresta y Gisela Garzón, así como Peter Calo, del ala radical de Pachakutik, y Lucía Placencia, de la Izquierda Democrática pidieron que fuese censurado por supuesto incumplimiento de funciones.
En las barras altas del hemiciclo se vio pancartas sobre el femicidio de María Belén Bernal, que se registró en la Escuela Superior de Policía en septiembre pasado. Y en las pantallas mostraron videos y acusaron represión policial en las protestas de junio del 2022.
Los interpelantes acusaron al exministro de pretender eludir sus responsabilidades políticas en ambas causas.
Sin embargo, Carrillo rechazó que los asambleístas pretendan “que asuma las responsabilidades operativas sobre la actuación individual de los policías”. Catalogó como una “evidencia de persecución política” y una “profunda confusión” de las funciones que tenía como Ministro del Interior.
“Hoy, ecuatorianos, asisto a la Asamblea Nacional para responderles a ustedes y decirles que aquí no existe un juego democrático. Aquí no existe un juicio político, este proceso de juicio político es una desfiguración de la democracia, es una dimensión revanchista de quienes no pueden sobrevivir si no son gobierno”, apuntó.
“Causas ocultas”
El exministro dijo que este juicio político no solo contiene causales declaradas, sino también “causas ocultas: el temor a perder el acceso a información privilegiada, que no la tenían con un ministro incómodo, el riesgo de que redes del más alto nivel sean descubiertas por su participación en toda la cadena estratégica de la economía estratégica criminal”.
Apuntó que, mientras se desempeñó como Ministro, enfrentó un “acoso político” por parte de la Asamblea Nacional, con más de 300 pedidos de información y al menos dos pedidos de comparecencias por semana a las comisiones.
“La amenaza principal es la fragmentación del Estado y este es el principal peligro para la democracia. Esa amenaza es el poder asociado a la perversidad política”, acotó.
En el atril del hemiciclo colocó una computadora para guiar su intervención. Carrillo defendió la actuación de la Policía en las protestas de junio del 2022, al asegurar que se apegaron a las normas para el control del orden. “Anarquistas con acciones incendiarias pretendieron nuevamente someter y forzar la estabilidad democrática en el país”, enfatizó.
Carrillo no regresó al hemiciclo, cuando debía ejercer su derecho a la réplica. El oficialista Jorge Pinto rebatió los argumentos de los interpelantes con unos videos sobre la violencia de las protestas indígenas.
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