Un equipo técnico de la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec) viajó esta semana a Misisipi, Estados Unidos, para la presentación del modelo físico del sistema de pantallas de ‘jet grouting’. Con esto se busca proteger las obras de captación de la Central Hidroeléctrica Coca-Codo Sinclair, amenazada por el proceso erosivo del río Coca.
Este modelo es una especie de maqueta con movimientos reales cuyo objetivo es mostrar cómo va a reaccionar el río a las estructuras diseñadas para tratar de frenar la erosión. Los trabajos para hacer frente al fenómeno natural consisten en la construcción de un conjunto de obras en el lecho del río, un kilómetro aguas abajo de la captación de la central, ubicada en el cantón El Chaco, en Napo.
Estas tareas tienen tres fases (llamadas 0, 1 y 2). Actualmente está en ejecución la Fase 0, que consiste en la construcción de las ataguías o pequeñas represas para desviar el cauce del río Coca, y se hará también la primera de 14 pantallas en el lecho del río, especie de gradas.
Esto fue diseñado por el Grupo Lombardi, mientras que la ejecución está a cargo de la compañía Accyem Proyectos. La fase inicial arrancó en enero pasado y está previsto que concluya en noviembre de este año. Para esto se tiene un presupuesto referencial de USD 12,1 millones. La siguiente fase (1) se iniciará solo después de conocer el modelo físico, realizado por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos (USACE), que tiene un acuerdo de cooperación con la Celec.
Para Carolina Bernal, geóloga y docente de la Politécnica Nacional, conocer el modelo físico es importante porque de eso depende el avance de las siguientes fases. Es decir, si con el modelo físico no funciona el diseño desarrollado por Lombardi, será innecesario seguir con la construcción de las obras. “Habrá que esperar a ver qué pasa, es terrible lo que le sucedió al país con este proceso erosivo”, agregó Bernal.
Desde la Celec se informó que se conocerán más detalles, al retorno del equipo técnico.
El riesgo que corren las obras de captación por el fenómeno natural no es la única amenaza que tiene la Central Hidroeléctrica Coca-Codo Sinclair. Otro factor de riesgo es la acumulación de sedimentos, producto de la erosión, en el lecho del río Coca frente a la zona de descarga de las aguas turbinadas de central. Esto puede causar una inundación de la casa de máquinas, que es el corazón de la hidroeléctrica.
Fallas en los distribuidores
Además, está latente el problema de miles de fisuras encontradas en los ocho distribuidores de presión que tiene el proyecto. Estos han tenido, al menos, siete procesos de reparación, pero siguen apareciendo nuevas fallas.
Los distribuidores son muy importantes para el funcionamiento de la hidroeléctrica, estos equipos están dentro de la casa de máquinas y tienen la apariencia de caracoles gigantes de acero, reciben el agua y la distribuyen a las turbinas de generación eléctrica. Un informe técnico remitido a la Subgerencia de Proyecto de Coca-Codo Sinclair, publicado por el legislador Fernando Villavicencio, presidente de la Comisión de Fiscalización de la Asamblea, el pasado 22 de abril, señala que la “situación de los distribuidores es cada vez más grave”. El asambleísta remitió el resumen del documento al presidente de la república, Guillermo Lasso.
Para Villavicencio, la suerte de este proyecto requiere de una decisión presidencial que evite que el país reciba una obra con fallas estructurales. Además, solicitó que disponga una investigación a la ejecución y su puesta en marcha.
Esta hidroeléctrica es la más grande del país, con una capacidad instalada de 1 500 megavatios de potencia, está ubicada entre las provincias de Napo y Sucumbíos y tiene un costo superior a los USD 3 300 millones. Desde su inauguración, en 2016, no ha podido operar normalmente por sus prolongados procesos de reparación.