‘Los créditos de China o del FMI no significan pérdida de la soberanía’

‘Los créditos de China o del FMI no significan pérdida de la soberanía’, dice Jorge Gallardo, ex ministro de Finanzas. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO

El ex ministro de Finanzas, Jorge Gallardo, cree que el Gobierno debiera crear un fondo de contingencia, similar al que hoy exige a la banca. Aquí la entrevista.
¿Qué diferencias ve usted entre las condiciones que exigía el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Mundial y las que actualmente pone China para otorgar créditos a Ecuador?
Los programas del FMI tenían como objetivo generar suficiente ahorro público para disminuir el peso del endeudamiento externo. Esas medidas de ajuste fiscal estaban íntimamente relacionadas con el sector externo de la economía. En el caso de la China no hay condicionamientos en la política económica del Gobierno. Lo que le interesa a China es que Ecuador genere la suficiente liquidez para pagar la deuda.
¿En ambos casos el país ha perdido soberanía?
No, en lo más mínimo. Ecuador es signatario del convenio constitutivo del FMI, creado para vigilar y mantener la estabilidad macroeconómica de un país cuando tenga problemas. Por lo tanto, no hay ninguna violación de la soberanía. En el caso de China tampoco veo un comprometimiento de la soberanía ecuatoriana.
¿No es perder la soberanía cuando se aceptan los condicionamientos del FMI para acceder a los créditos?
Hay que ver cuándo se generó la relación de Ecuador con el FMI. Eso ocurrió en un momento de profunda crisis, en la década de los ochenta, cuando la crisis de la deuda externa provocó una serie de períodos de inestabilidad económica. Ecuador no tenía acceso a los mercados para financiarse. Me refiero al período de los ochenta hasta la mitad de los noventa, cuando el financiamiento externo estaba totalmente reducido para el país. Solo quedaban los organismos internacionales y los gobiernos como España, Italia o Francia, con los cuales se firmaban protocolos financieros.
¿Por qué el FMI era la última carta que tenía el país?
Era la única ventanilla abierta para poder financiar la balanza de pagos del país. No había otra alternativa. En segundo lugar, para empezar a reestructurar la deuda externa se necesitaba tener un convenio con el FMI. Ahora las circunstancias son muy distintas.
¿En qué sentido?
El Gobierno tiene una ventanilla para acudir cuando tenga un problema de balanza de pagos, que es el Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR), al cual ya pidió un préstamo de USD 480 millones en julio del 2009, el cual todavía se está pagando. Quedan 60 millones pendientes de este crédito de corto plazo. El FLAR no tiene los condicionamientos del FMI, aunque se conoce por la prensa que hubo condicionamientos para que Ecuador mantenga un saldo en efectivo en las cuentas del FLAR. No se ha tenido acceso a esa información.
¿Hay créditos que no tengan condicionamientos?
No. En la actualidad no hay. Los condicionamientos para reestructurar deudas, por ejemplo con el Club de París, requieren de un programa con el FMI. Argentina, por citar un caso, sigue en mora con el Club de París desde sus problemas que empezaron en el 2000. Y no ha podido reestructurar su deuda porque no tiene un programa con el FMI. Mientras no lo tenga seguirá en mora. Esas son reglas que no están escritas.
¿Y a Ecuador le conviene mantenerse distante del FMI?
No le veo ninguna justificación. Ecuador en este momento no necesita del FMI desde el punto de vista financiero, pero sí necesita de su asistencia técnica, que además es gratuita.
¿Qué tipo de asistencia técnica está perdiendo el país?
Estamos perdiendo la oportunidad de traer a expertos internacionales que asesoren en temas técnicos para mejorar, por ejemplo, la institucionalidad en la publicación de estadísticas macroeconómicas, financieras, sociales, etc. Y como signatarios del FMI, el país puede contar con auditorías externas especializadas.
¿Sobre qué temas?
El artículo IV del convenio constitutivo del FMI determina que cada año se realice una evaluación sobre la marcha de la economía de los países miembros. No veo ningún problema en que un organismo profesional haga esa evaluación, como lo hacen todos los países del mundo. Así se puede contar con un informe que no es obligatorio acatarlo, pero que le da al Gobierno una especie de auditoría externa e independiente sobre el manejo de la cosa pública en la parte económica.
Volviendo al tema del endeudamiento, ¿por qué el país no ha necesitado de los recursos del FMI pero sí de los préstamos chinos?
Porque no existe un problema de balanza de pagos, sino de gasto público. El Gobierno ha tenido que pedir créditos a China para financiar el gasto, básicamente vinculado al plan de inversiones.
¿Y cómo se explica que el Gobierno se endeude pese a contar con históricos ingresos petroleros y grandes recaudaciones por impuestos?
La inversión pública ha tenido un cambio verdaderamente importante en este Gobierno comparado con los anteriores. Si uno toma las cifras y observa que la relación deuda-PIB antes era del 4% y que ahora está en 13%, evidentemente hay un aumento importante en la inversión. Los recursos internos no han sido suficientes y por eso la necesidad del financiamiento externo.
¿Y es sostenible ese ritmo de gasto público?
Es sostenible, en función de los proyectos que se financien. Por ejemplo, los proyectos hidroeléctricos financiados con créditos de China serán autosostenibles y justificarán la inversión cuando entren a funcionar en el 2016, ya que la matriz energética del país cambiará, las importaciones de diésel se reducirán, se exportará energía limpia, etc. Eso es totalmente diferente a lo sucedido en la década de los ochenta, cuando hubo un endeudamiento agresivo.
¿Cuál es la diferencia respecto a la década de los 80?
El endeudamiento en esa década fue básicamente de corto plazo y destinado a financiar el consumo público. Se financiaron unas cuantas obras importantes con recursos propios y con préstamos blandos (largo plazo y tasas de interés bajas) de organismos internacionales. Actualmente, la deuda sirve para financiar proyectos de inversión.
Pero ahora se está contratando deuda cara y de corto plazo con China para financiar obras de largo plazo.
Sí. Los créditos del Banco Mundial (BM) para financiar proyectos de infraestructura, como el Coca-Codo-Sinclair, por ejemplo, evidentemente son más convenientes que los otorgados por China, tanto en plazos como en tasas de interés. Pero los créditos del BM necesitan avales del FMI sobre la marcha de la economía ecuatoriana. Ahí está el problema sobre la concepción que tiene el actual Gobierno respecto al endeudamiento y a la ‘soberanía’.
Entonces, el país está pagando créditos más caros por su concepto de ‘soberanía’ y su alejamiento del FMI.
El Banco Mundial básicamente presta para infraestructura y el FMI para superar problemas de balanzas de pagos. Pero organismos como el Banco Mundial no aprueban desembolsos si no existe primero un informe favorable del FMI. Siempre ha sido así.
¿Por qué eso no incomoda a otros países de la región?
En Ecuador y en países como Venezuela o Bolivia, los grupos llamados de izquierda han satanizado al FMI y creen que todos los males de América Latina son producto de las políticas del FMI.
¿Y no ha sido así?
Si nuestras economías se hubieran manejado bien, los gobiernos nunca hubiesen tenido que tocar las puertas del FMI, que básicamente es un prestamista de última instancia al cual acuden los países cuando ya no obtienen financiamiento en otro lado.
Si el gasto público en el país está fuertemente atado a los altos ingresos petroleros, ¿es sostenible el modelo?
La liquidez en un país dolarizado depende básicamente de las divisas que llegan del exterior por varias vías. Si mañana hay una crisis petrolera y los precios caen, evidentemente los flujos de divisas se reducirán de manera importante. Se necesita hacer un estudio para conocer el punto en el cual Ecuador tendría problemas si el precio del crudo baja. Ese estudio es importante y no se ha hecho. Se necesita evaluar la sostenibilidad del endeudamiento. Y a hí no solo hay que ver el peso de la deuda en PIB, sino la disponibilidad de flujos para pagarla.
El Gobierno dijo que no habría problemas si el precio cae hasta USD 53 este año.
No es un estudio. Lo que hizo fue sacar el precio del primer semestre y ver cuánto necesita el resto del año para llegar a los USD 79 que está en el Presupuesto.
China se está convirtiendo en el prestamista de última instancia del país. ¿Cree que el Gobierno podrá seguir pidiendo más plata a China si los precios del crudo caen?
Solamente en el caso de que pudiera venderle petróleo por anticipado. Pero el Banco de Desarrollo de China no da créditos de apoyo para balanza de pagos. Solo financia la compra anticipada de materias primas, necesarias para su producción interna, o proyectos que ellos construyen en diferentes países.
Indirectamente, la venta anticipada de petróleo a China le ha permitido al Gobierno contar con recursos para solucionar cualquier problema de balanza de pagos.
Sin lugar a dudas. En julio del 2009 los depósitos en el Banco Central estaban en niveles realmente bajos y ya amenazaban con generar problemas si la crisis económica continuaba. Ahí entraron los recursos por la primera venta anticipada.
¿Existe un margen amplio para seguir con esa política de venta anticipada de petróleo en caso de necesitar nuevos recursos?
En este año no veo que se presenten cambios radicales en las condiciones externas e internas. El precio del petróleo está inestable, pero se mantiene entre USD 80 y USD 90 por barril. No hay indicadores claros que indiquen que el precio vaya a disminuir, pese a la crisis europea. Las recaudaciones están creciendo y el sistema financiero está líquido. No veo problemas en el resto del año.
¿Y más adelante?
Ahí necesitaría una bola de cristal. Hay muchos escenarios en el futuro, pero al final todo converge en el comportamiento del precio del petróleo en el mercado internacional. Esa es la máquina que mantiene en funcionamiento la economía, conjuntamente con las remesas de los migrantes. Mientras existan esos flujos tendremos liquidez interna, caso contrario tendremos problemas.
En este escenario de precios altos de petróleo, mayores recaudaciones por impuestos y nuevos créditos chinos, ¿cómo se entiende las medidas del Banco Central que obligan a la banca a traer más divisas al país?
Las medidas tomadas recientemente por el Banco Central no influyen en el libre flujo de capitales. Sería una locura por parte del Gobierno intervenir en la entrada de divisas cuando esa es la única fuente de liquidez que tiene la economía para funcionar. Por ahí no va la cosa.
Entonces, ¿por dónde va?
En una economía abierta como la ecuatoriana, los flujos de recursos en los sectores público y privado inciden en la balanza de pagos. Si hay un déficit en ambos, el problema se agrava. Lo que se busca es garantizar que haya liquidez suficiente. Las medidas del Banco Central para aumentar el fondo de liquidez, por ejemplo, son acertadas, ya que le permite a la banca tener un colchón de respaldo en una eventual crisis.
¿Y qué ha hecho el Gobierno para tener su ‘ colchón’?
Así como el hay el fondo de liquidez para la banca, el Gobierno debiera aplicar el mismo concepto para crear un fondo de contingencia que respalde a la economía real en un escenario de crisis. Lo ha hecho Chile con los excedentes del precio del cobre.
HOJA DE VIDA
Jorge Gallardo
Es docente en la Universidad de Especialidades Espíritu Santo, en Guayaquil. Es autor del libro ‘La verdad sobre la deuda externa’.
Ex Ministro de Finanzas en los gobiernos de Rodrigo Borja y de Gustavo Noboa. Presidió la Comisión Renegociadora de la Deuda en el 2000, cuando se canjearon los bonos Brady por los Global.