Cpccs, quinto poder que no cumple con su razón de ser

El Cpccs nació con la idea de promover la participación ciudadana y ser una institución apolítica que luche contra la corrupción. Pero fuerzas partidistas la alejaron objetivo. Foto: Archivo EL COMERCIO
El Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (Cpccs) nació bajo la idea de promover la participación ciudadana y ser una institución apolítica que luche contra la corrupción. Pero fuerzas partidistas la alejaron de su razón de ser. Hay 10 concursos de designación de autoridades pausados y las pugnas internas continuarán, avizoran los expertos.
El Cpccs como el quinto poder nace a raíz de la Constitución del 2008. La idea “fue que los ciudadanos tengan una representación propia y sean quienes designen a las autoridades de control. Pero se convirtió en un brazo político del correísmo. También con Lenín Moreno, para reencaminar el trabajo de algunas instituciones”, analiza el experto en política Alfredo Espinosa.
La realidad es que, durante su existencia, el Cpccs “ha servido de herramienta a los gobiernos de turno para que traten de cooptar la opinión de la sociedad civil y legitimar sus intenciones", cuestiona Espinosa al resaltar que no ha existido ningún tipo de política pública en temas de anticorrupción.
Para el analista la institución pasó a ser una “agencia de empleos” para poner a determinadas personas en puestos claves. Por eso está en entredicho su representación ciudadana y su configuración en un “botín político”, señala.
Al absorber la designación de autoridades, competencia anterior de la Asamblea Nacional, la idea fue que el Cpccs “sea una entidad no política, lo cual no pasó (…). Al final, termina habiendo alguna clase de cohesión con el Ejecutivo o el Legislativo. Eso nos lleva a que, en una coyuntura como la actual, donde hay espacios de disputa, el Consejo termine paralizado”, explicó el analista político Leonardo Jaramillo.
Fuerzas políticas cercanas a los consejeros
Según Espinosa, la “hecatombe” actual del Cpccs inicia cuando “(José) Tuarez empezó a operar como parte de una organización política”.
Los de minoría
El analista recuerda que el consejero Juan Javier Dávalos responde al ala correísta, pues se candidatizó mediante la “pollita participativa”, cuando los postulantes para el Cpccs tienen prohibido efectuar propaganda.
David Rosero, exvicepresidente del Consejo, tuvo vinculación con el extinto Movimiento Popular Democrático (MPD) y al actual movimiento de Unidad Popular, dirigido por Giovanny Atarihuana, indicó.
Sofía Almeida, expresidenta, “es la representación de cómo ciertas familias pretenden gobernar el país desde distintos espacios”, su tío es el asambleísta del Partido Social Cristiano, Luis Almeida, “nos les interesó que el Consejo desaparezca, sino que cambie de manos”, analizó.
Jaramillo coincide con las vinculaciones entres los partidos políticos mencionados y los respectivos consejeros. Lo mismo opina el constitucionalista Salim Zaidán.
Los de mayoría
Respecto al actual presidente, Hernán Ulloa, Espinosa dice que las especulaciones sobre su cercanía con el Gobierno se podrán aclarar cuando se designen las autoridades. Para Jaramillo, sí tuvo vinculación con Suma, que lo relaciona luego con Creo y la presencia de la policía en los exteriores del Cpccs se ve como un “espaldarazo tácito”.
En cuanto a la consejera Ibeth Estupiñán, Espinosa recuerda que es funcionaria de carrea del Cpccs, que fue funcionaria metropolitana durante la gestión del exalcalde Jorge Yunda. Es una especie de “comodín” para crear las mayorías, pero su posición ideológica aún es incierta, al igual que la de la vicepresidenta María Fernanda Rivadeneira, opinó Espinosa.
Para Zaidán, Estupiñán fue afín al correísmo, pero “traicionó” a la anterior mayoría.
Jaramillo señaló que en un inicio Rivadeneira se candidatizó con Alianza País.
Por otro lado, Espinosa no ve un partido político detrás de las actuaciones del consejero Francisco Bravo. Jaramillo dice que si tuvo vinculación con Pachakutik.
“Lo que se aprecia es una vergonzosa pugna de poder por ver quién pone un Contralor”, afirmó Zaidán.
10 concursos pendientes
El Cpccs tiene a su cargo 10 concursos por desarrollar para designar autoridades en distintas instituciones del Estado.
Las instituciones que requieren la designación de un titular son la Contraloría, la Defensoría del Pueblo, Defensoría Pública, la Superintendencia de Compañías y el Consejo de la Judicatura.
Por otro lado, el Cpccs debe designar más de un funcionario para una misma institución. Se trata de los concursos para la renovación parcial del Consejo Nacional Electoral, donde se debe reemplazar a dos vocales. Para la renovación parcial del Tribunal Contencioso Electoral, igualmente dos.
Están también el concurso para la Conferencia Plurinacional e Intercultural de Soberanía Alimentaria (Copisa), de los Consejos Nacionales para la Igualdad, Comité Intersectorial Nacional de Desarrollo de Fronteras.