Quien no condena los atentados a los derechos humanos en otros países, está proponiendo en Caracas que se cree una corte de derechos humanos regional, independiente del actual sistema interamericano de derechos humanos.
Rafael Correa, quien el viernes comprometió la dignidad de su Gobierno al convertir al Ecuador en uno de los cuatro únicos países del mundo en no condenar al sanguinario Gobierno sirio, ahora es quien quiere fundar un nuevo sistema regional de DD.HH.
Rafael Correa, quien hizo que el nombre del Ecuador apareciera junto a los de China, Rusia y Cuba (tres países con sospechosísimas credenciales en DD.HH.) apoyando al Gobierno de Siria que ha asesinado a 4 000 de sus ciudadanos, es ahora quien aspira a que se establezcan nuevos marcos para la aplicación de las normas de derechos humanos en la región.
Sí, el mismo cuyo Gobierno fue el único, junto con Cuba, que no sancionó el programa nuclear de Irán, en un tema al que incluso China y Rusia condenaron, es ahora quien en Caracas aspira a sembrar la semilla de un nuevo sistema interamericano de derechos humanos, cuando el que existe ha sido durante muchos años un ejemplo para el mundo.
Sí, quien se negó a condenar a Gadafi es ahora quien habla a los líderes de la región sobre cómo se debe actuar en derecho humanitario.
Y todo porque está fastidiado con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, por haberle pedido cuentas de lo que ocurre en el país con la libertad de expresión.