La candidata a la Alcaldía de Quito por el PRE decidió dar en esta campaña sus primeros pasos hacia la política. La idea de la renovación, que hace un par de años, planteó Dalo, el hijo del expresidente Abdalá Bucaram, para el roldosismo, fue el gancho para que ella ahora dijera sí a esta apuesta, “a favor de la ciudadanía”.
En cierto sentido, Jéssica Benítez rompe algunos esquemas dentro de esta campaña. Representa a un partido con profunda raigambre costeña. Los éxitos del PRE, en Quito, han sido escasos.
Es la única mujer en la contienda y, con sus 37 años, la más joven de la papeleta. Es docente, con especialización en Idiomas y Ciencias Sociales. Por eso ha escrito libros de historia en dos idiomas.
Pese a su juventud y poco tiempo en la política, cree que una necesidad imperiosa para el país es fortalecer la democracia y crear relevos generacionales para las administraciones del futuro.
Un nuevo modelo de gestión administrativa
Benítez considera que es un error seguir buscando las soluciones a los problemas de la ciudad a través de una mirada centralizada. “Tenemos que invertir ese modelo y pasar de lo macro a lo micro”. Es decir, resolver primero los problemas de las poblaciones periféricas: servicios básicos, movilidad, seguridad, red educativa, para luego ir atacando los del centro. Solo así, explica la candidata, se evitará la aglomeración que vive la ciudad. Promete racionalizar el presupuesto del Municipio haciendo prioridades en el gasto pendiente.
Continuidad en las obras
El proyecto del metro seguirá adelante. Del éxito de este sistema, explica, dependerá la racionalización de las líneas de transporte público.
La obra pública no es suficiente a la hora de mejorar la movilidad. Por eso ofrece una aplicación más firme de las leyes para organizar el tránsito. El pico y placa seguirán y se reubicarán ciclovías en las zonas más amplias y restringirlas en las más pequeñas. Hay que tratar de que se usen todas las vías de la ciudad.
Una ciudad productiva
Benítez es una entusiasta del cambio de modelo de matriz productiva y energética que plantea el Gobierno. La ciudad de Quito debe desarrollarse en función de esos planteamientos.
Quito tiene que impulsar nuevas industrias de calzado, moda, metalurgia, informática y turismo y la educación que se imparta en la ciudad debe ir por esa vía. Los nuevos planes de vivienda, señala, por ejemplo, deben contar con tecnología que aproveche la energía solar por encima de la eléctrica.
Su plan de seguridad
“Hay que mirar al delincuente como una persona que debe tener más oportunidades. La solución no es dotar de más armamento a la Policía y de ojos de águila, sino usar ese dinero para tratamientos y de inserción con planes de educación técnica. “La violencia no se soluciona con violencia”.
Sí al arte popular
Benítez dará más apoyo a las artes populares, incorporando a sus exponentes, como los cantantes de los buses, en actos masivos en los bulevares. Esas personas deben tener mayor capacitación y oportunidades.
El apoyo a las artes populares debe estar acompañado por el rescate de las fechas importantes de la ciudad. Y su administración pondrá mucho énfasis al legado de la Escuela Quiteña.
Rever tarifas y la gratuidad en ciertos espacios culturales puede ayudar así como la cooperación de artistas y expertos internacionales para perfeccionar talentos.
Hay que mirar al delincuente como una persona que requiere de oportunidades. Hay que ayudarlo, con violencia no se combate la violencia”.