El viernes pasado, Betty Tola participó del informe a la Nación del Primer Mandatario, en la Asamblea, sabiendo ya que sería la última vez que lo hacía como Ministra de la Política. Esa tarde no asistió al almuerzo que Rafael Correa invitó a sus compañeros del bloque Alianza País y a los titulares de carteras de Estado.
El Decreto Presidencial 1265, a través del cual se acepta la renuncia de Tola y se encarga el Ministerio a José Serrano, se suscribió ayer en la mañana. Sin embargo la salida de Tola, ex constituyente, quien se integró al Gabinete en julio del 2011 como Secretaria Nacional del Migrante, no llamó la atención a la bancada.
Varios legisladores, el viernes, comentaron en los pasillos del Pleno que el presidente Correa finalmente había decidido buscar un perfil más apropiado para hacer frente a un año preelectoral.
Según versiones de seis asambleístas de Alianza País, la paciencia del Ejecutivo se habría terminado el martes, tras la aprobación de la reforma a la Ley de Héroes y Heroínas. El proyecto aumenta el presupuesto del Estado al definir un incremento en la pensión de los ex combatientes de guerra. Y otorga una remuneración básica mensual a quienes no la recibían.
Según fuentes de Carondelet, el miércoles Tola fue convocada por el Mandatario, quien le habría increpado por no consultarle los términos del acuerdo con la oposición para aprobar esta reforma con 97 votos (de 124). El jueves 9 no la invitaron a la reunión del buró del movimiento y esa noche le habrían pedido renunciar.
¿Por qué la Ley de Héroes le habría costado el puesto a Betty Tola, si se supone que este problema podría resolverse con un veto parcial de Correa, argumentando que la creación de gasto público es una atribución del Ejecutivo? Voces del Gobierno y de otros asambleístas recuerdan que sigue fresco el problema con la Policía, el 30-S, que se desató por su inconformidad a la Ley de Servicio Público. Por lo tanto, es inconveniente que Correa enfrente a las Fuerzas Armadas en un tema tan delicado como una pensión.
Pese a ello, en el oficialismo la lectura es que la polémica por esta Ley es otro de los traspiés en los nueve meses de la gestión de Tola. El 20 de julio, la cuencana no logró el resultado que esperaba Carondelet: la aprobación de la Ley de Comunicación, cuya votación estaba en suspenso desde abril.
Al final de esa jornada, en la que supuestamente Alianza País tenía las de ganar, opositores como Fausto Cobo (PSP) se burlaron a carcajadas del oficialismo y sus apuros por tener el voto 63, de Guillermina Cruz. Un día antes, el atraso de tres oficialistas bloqueó también la votación.
Hubo más temas que molestaron a Correa. Según dos legisladores de la Costa, el silencio de Tola frente a los ataques de adversarios políticos. La lectura es que el Presidente, a seis meses de las próximas elecciones, necesitaría en el Ministerio de la Política a una figura más fuerte, que responda como lo hace el canciller Ricardo Patiño, por ejemplo, ante las descargas de los Bucaram.
También se criticó que en su informe del viernes, Tola haya resaltado como logro de su gestión la conexión con los gobiernos locales, advirtiéndose que muchas de esas relaciones pasan necesariamente por la fragilidad de la entrega de recursos desde el Gobierno central, lo cual es una amenaza latente para Correa.
La ex Ministra, que integraba la comisión para revisar los perfiles de precandidatos con Vinicio Alvarado, secretario de la Administración, y Galo Mora, secretario del movimiento, tuvo otro contratiempo, el 29 de julio en la convención de A. País, en Los Ríos.
Al parecer, el presidente Correa habría dado instrucciones a Tola sobre quién debía resultar electo director provincial. Él quería a alguien de confianza, ya que los directores se encargarán de inscribir las listas de candidatos. Pero el ganador en Los Ríos fue el prefecto Marco Troya, ex figura del PRE, quien afirma ser uno de los cuadros fundadores de A. País.