El borrador de la nueva Ley de la Policía está listo. El documento, que contiene 33 páginas, redirecciona las responsabilidades policiales y las fortalece.
Establece, por ejemplo, que en caso de un estado de excepción la Policía dirigirá las operaciones de seguridad pública. Este papel era antes asumido por Fuerzas Armadas y la Policía actuaba solo como una autoridad auxiliar.
En la Constitución de 1998, las Fuerzas Armadas eran consideradas como “garantes del ordenamiento jurídico”, pero en la nueva Carta Magna, que se aprobó en Montecristi el año pasado, se eliminó esa atribución.
Pero si el proyecto de Ley se aprueba como está, la Policía tendría mayores atribuciones. Los gendarmes también sumarán a la protección del patrimonio arqueológico, turístico, los recursos naturales y el medioambiente, como los relacionados con la seguridad a la explotación petrolera. Según la Ley de Defensa Nacional, las FF.AA. protegen los recursos estratégicos. Con la reforma, la Policía podría sumarse a esa tarea.
En el proyecto también se otorga a la Policía la ejecución de las labores de vigilancia de las autoridades nacionales y extranjeras, así como de la “protección a los altos funcionarios”. Ahora, también intervienen militares.
Con ello se pretende “desconcentrar las responsabilidades en un solo nivel organizacional para conseguir una adecuada planificación, elaboración y ejecución de proyectos y políticas”.
Se espera que en los próximos días el documento llegue a la Comisión Legislativa. El Presidente podrá modificarlo, por lo que el Comando General de Policía dijo que no emitirá su criterio hasta que la Ley sea una realidad. Aunque rescata del proyecto que se garantiza la estabilidad laboral del Comandante General, quien se llamará Director de Policía, será nombrado por el Presidente y durará 4 años en funciones, al igual que el Mandatario.