Cumbayá es una de las parroquias de mayor crecimiento urbanístico del Distrito y forma parte de la propuesta para cantonizarse. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
Tumbaco, Cumbayá, Nayón, Puembo y Pifo buscan formar un nuevo cantón, independiente de Quito, la capital de Ecuador. Moradores de las cinco parroquias conformaron la Junta Cívica del Valle de Tumbaco, una organización que propone esta alternativa para combatir los problemas de la zona y mejorar su calidad de vida.
Juan Fernando Serrano, presidente de la Junta Cívica, indica que la idea comenzó en octubre del 2018, y en marzo del año pasado, la junta se constituyó en una notaría. Tienen más de 70 miembros activos.
El Cootad señala que para crear un cantón, las comunidades deben cumplir requisitos. Por ejemplo, contar con una población residente de mínimo 50 000 habitantes, de los cuales, al menos 12 000 deberán vivir en la cabecera cantonal.
Al momento, según las proyecciones del INEC, entre las cinco parroquias superan los 171 400 habitantes. Y en Tumbaco (posible cabecera cantonal) viven no menos de 63 000.
La Ley establece que debe haber delimitación física del territorio, es decir, las parroquias deben estar juntas y deben tener al menos 10 años de creación. Las cinco parroquias cumplen esos requisitos.
Deben presentar informes favorables del gobierno provincial y del organismo nacional de planificación y otros documentos. Finalmente, el apoyo de la población que va a conformar el nuevo cantón, para lo cual se debe realizar una consulta popular.
El proyecto debe ser presentado por iniciativa del Presidente de la República.
¿Por qué cantonizarse? Según la Junta Cívica, por el abandono de las autoridades.
Como parte de la labor de la junta se logró la colaboración de una encuestadora. El 76,5% dijo estar de acuerdo con pertenecer a un nuevo cantón. Las encuestas contaron con una muestra de 380 personas.
Los consultados señalaron ademas que entre los principales problemas que tiene la parroquia están la inseguridad (42,57%), calles en mal estado (20,79%), basura (15,84%), falta de obras (7,92%), mala administración (6,93%), entre otras. El 65% piensa que la Alcaldía no le da importancia a esta zona.
Para Serrano, la gente percibe que paga mucho y recibe poco. El aporte que realizan las cinco parroquias por impuesto predial va entre USD 12 millones y 15 millones. Sin embargo, las vías están en mal estado, no hay vías nuevas, no hay control ambiental y el crecimiento urbanístico es desordenado.
El cantón Rumiñahui, por ejemplo, cuenta con un presupuesto de USD 51,9 millones. Y la parroquia de Tumbaco recibe 1,7 millones, Nayón 653 000, y Cumbayá 447 000.
El descuido por parte de las autoridades es grande, dice Serrano, por la dimensión del Distrito. “Queremos desahogarle el problema del valle, en el contexto administrativo financiero”. Las cinco parroquias alcanzan 500 km2.
La invitación está abierta para otras parroquias de la zona. Pifo fue la última en unirse a finales del año pasado. Incluso las parroquias de Yaruquí, Checa y El Quinche se han mostrado interesadas.
La Junta Cívica está trabajando en un modelo de nueva gestión, con burocracia mínima y aplicaciones tecnológicas. El objetivo es descentralizar.
El urbanista Fernando Carrión advierte que este es un proceso legítimo establecido por la ley, pero que puede tener muchos problemas para Quito y para el nuevo cantón. “¿Quién va a ser responsable de los enlaces entre los dos cantones? El nuevo cantón va a tener que constituir un nuevo municipio”, señala.
Según Carrión, la cantonización afectaría al Distrito porque las posibilidades de generar una articulación metropolitana se complican.
Para el exalcalde de Quito Roque Sevilla, el reclamo de la comunidad se presenta debido al abandono por parte de las autoridades. “De los casi USD 800 millones del presupuesto de este año, tan solo 5 o 6 millones se van a invertir en estas parroquias, por lo que la gente siente una falta de presencia del Municipio y mucha burocracia, lo que impide que se pueda satisfacer sus necesidades”.
Asegura que el Municipio lo puede evitar si realmente dedica sus esfuerzos a brindar los servicios a los ciudadanos. “Como exalcalde me duele que esto suceda. Quito perdería área y el aporte tributario de una zona en alta expansión que genera mayores recursos que otras. A Quito no le conviene desde el punto de vista financiero y político”.
El edil Luis Reina, miembro de la Comisión de Ordenamiento Territorial, considera que hay que avanzar hacia un gobierno regional antes de una proliferación de cantones.
“La medida podría afectar a la población de esas parroquias. Tendrían que empezar de cero. Se necesitaría una política intercantonal lo que complicaría el manejo”, indica.