El papa Francisco realizará el 6 de julio en la Iglesia Divina Misericordia. Foto: AFP
Las autoridades de la Iglesia y del Gobierno analizan la posibilidad de fijar un límite de asistencia a la misa campal que ofrecerá el papa Francisco, el 6 de julio, en la Iglesia Divina Misericordia, si razones de seguridad lo exigen.
Antonio Arregui, arzobispo del Puerto Principal, respondió ayer al informe de seguridad presentado por la secretaria nacional de Gestión de Riesgos (SNGR), María del Pilar Cornejo, de que no es posible garantizar la seguridad de los asistentes que, según cálculos, serán 1 250 000.
Este criterio coincidió con el expuesto por el exgobernador del Guayas, Rolando Panchana, quien renunció a su cargo luego de “sugerir” que por seguridad se cambiara el lugar del evento al Parque Samanes.
Arregui aclaró que no está en duda el lugar de la misa, el Santuario del Señor de la Divina Misericordia, escogido por el Sumo Pontífice para su visita a Guayaquil. “De eso no puede quedar dudas y ha sido una vez más ratificado como un deseo del Santo Padre. Eso está confirmadísimo”, acotó.
Comentó que la Santa Sede recibió la notificación de que “el canciller de la República ha expresado que se dan problemas de seguridad, serios y objetivos, para recibir a 2 millones de personas en los terrenos cercanos al santuario… Ha añadido el señor canciller que, sin embargo, se sigue trabajando intensamente en la habilitación de los terrenos”.
Del mismo modo, los responsables del viaje pontificio han respondido que cabría disponer el sitio para albergar un número inferior de personas, “siempre el mayor posible, dentro de los límites exigibles para la seguridad de la gente”.
En ese sentido, la SNGR tratará de calcular cuál es el aforo máximo que se pudiera permitir con base en las condiciones de seguridad. “Una eventual reducción se daría con base en lo que arrojen los estudios”.
Según Arregui, los cálculos iniciales para acoger la visita del Papa en Guayaquil fueron en torno a 700 000 personas. Al elaborar los planos del terreno se planificó espacio para
1 250 000 personas.
“Se habla de factores como por ejemplo de la evacuación; que hay pendientes y pueden provocar una avalancha, de cómo se regresaría la gente, de la lejanía de hospitales a 22 km de distancia. La gente que va a ir es muy cooperadora y además no es que va a ir a una manifestación o algo por el estilo sino que irá a la misa. Con nuestros técnicos y los especialistas de la Secretaría vamos a determinar, con la mayor objetividad posible, lo mejor. Somos los primeros que no queremos poner en juego la seguridad de los asistentes”, acotó.
A su vez, el obispo auxiliar de Quito, Danilo Echeverría, dijo que “lo único definido es que, el Santo Padre tiene su deseo personal de celebrar la misa en el santuario de la Divina Misericordia, porque él ha convocado un año de la Misericordia. Todo lo demás sale del dato oficial. La misa se va a celebrar en el santuario por un expreso deseo del Santo Padre”, indicó.