Ítalo Cedeño es el tercer gerente de Petroecuador que deja el cargo en los últimos 17 meses. La inestabilidad directiva es una constante en la empresa estatal petrolera.
El lunes 1 de agosto de 2022, el presidente de la República, Guillermo Lasso, ordenó al directorio de Petroecuador cesar en sus funciones a Cedeño. Él asumió el cargo en enero de este año.
El pedido del cese de funciones se produjo luego de una entrevista reveladora. Ahí el funcionario reconoció que en su primer mes de gestión, su esposa influyó en el nombramiento y destitución de servidores en la empresa pública.
Cedeño llegó a la Gerencia, tras una trayectoria de 40 años en el sector hidrocarburífero. Se desempeñó en altos cargos en el sector público y privado. En el primero, por ejemplo, fue vicepresidente de Petroecuador entre 1980 y 1988. En el sector privado fue gerente de operaciones de City Investing Company (Ecuador), gerente general de Lumbaqui Oil Ltd. (Ecuador), entre otras.
Al momento de su designación fue cuestionado desde diversos ámbitos, entre ellos por el asambleísta independiente, Fernando Villavicencio. El legislador publicó en sus redes sociales que “Cedeño estuvo vinculado al negociado de Palo Azul (Petrobras)”. La estatal petrolera brasileña se vio envuelta en actos de corrupción desde el 2015.
Además, Villavicencio recordó que Cedeño gerenció Andes Petroleum. Con esta compañía se firmaron contratos de exploración y explotación petrolera en 2016, en la gestión del expresidente Rafael Correa.
Cedeño entró al cargo para cumplir metas previstas por el Gobierno como duplicar la producción de petróleo. Justamente, el exgerente se había desempeñado como integrante de la Coalición Petrolera. Esta está conformada por grupo de expertos del sector hidrocarburífero que diseñó un plan para aumentar la producción de crudo.
Inestabilidad gerencial, la constante en Petroecuador
En los últimos 17 meses, tres gerentes han asumido funciones en Petroecuador. Ellos fueron Gonzalo Maldonado, Pablo Luna e Ítalo Cedeño. Los tres acompañaron, en ciertos periodos, la actual gestión de Lasso.
Si se va un poco más atrás, en los últimos cuatro años han sido cinco gerentes en la estatal petrolera, con Pablo Flores y Ricardo Merino. Estos dos funcionarios estuvieron en el cargo en un lapso de apenas tres meses a finales de 2020.
Algunas de estas desvinculaciones han estado involucradas en presuntos actos de corrupción. Por ejemplo, Flores es procesado por supuestos sobornos, en el caso Las Torres, donde se investigan hechos de delincuencia organizada.
Por su parte, Merino renunció al cargo al denunciar inconsistencias en las ventas petroleras en la gestión del expresidente Lenín Moreno, que luego generarían problemas con la Contraloría, dijo en ese entonces.
En esta última gestión, Cedeño puso una denuncia ante la Fiscalía General del Estado, para que se realicen las investigaciones por el presunto tráfico de influencias y cobros económicos para la entrega de cargos en diversas instituciones del Estado, incluida Petroecuador.
Para el exministro de Energía Fernando Santos, esta inestabilidad dificulta la planificación de acciones a largo plazo y provoca retraso en la ejecución de los proyectos previstos.
Además, estos cambios generan incertidumbre entre inversionistas, que están interesados en el sector hidrocarburífero, dijo el experto. En este perjuicio, coincide el analista petrolero, Miguel Robalino, quien aseguró que “los inversionistas valoran el riesgo reputacional; es decir, se analiza con quiénes se realizan los negocios. No van a querer llegar al país si existe la inestabilidad gerencial“, acotó.
Cuando estuvo en el cargo, Cedeño recalcó la importancia de contar con inversión privada para varios proyectos, entre ellos la modernización de la Refinería de Esmeraldas.