Son casi imperceptibles. Los sensores ubicados a miles de metros de profundidad se han convertido en un soporte para los ingenieros, en los campos petroleros. Estos aparatos tienen la capacidad de medir la producción diaria de crudo, la presión del pozo, la temperatura, la presencia de agua o una posible falla de los equipos.
Los sensores, que están instalados en las bombas electrosumergibles -que permiten extraer el crudo-, recaban información relevante para monitorear la operación. Los datos obtenidos son más precisos y rápidos, porque antes los cálculos se realizaban empleando estimaciones y se los elaboraba en Excel, señaló Fernando Velásquez, presidente de la Sociedad de Ingenieros Petroleros del Ecuador (SPE).
La aplicación de la Inteligencia Artificial (IA) ha transformado la manera de realizar ciertas tareas. En Ecuador, por ejemplo, en los últimos ocho años la recopilación de datos históricos ha permitido que en función de las cifras recabadas se puedan establecer patrones y generar predicciones con una mínima intervención humana. Este avance contribuye en la toma de decisiones.
A este tipo de sistema se lo conoce como Machine Learning. “El uso de IA en plataformas digitales ayuda a reducir su gasto de capital y operaciones”, dijo Santiago Zapata, en su conferencia Aplicaciones de la Inteligencia Artificial para el aseguramiento del flujo en la industria petrolera, organizada por el Colegio de Ingenieros en Geología, Minas, Petróleo y Ambiental.
Así, en función de la información recibida, estos sistemas, sin la necesidad de la intervención de un operador, evalúan cómo avanza la producción de los diferentes campos petroleros, alertan sobre posibles riesgos y fallas tempranas para así optimizar la operación.
Otras aplicaciones
Para estos procesos es necesario contar con Big Data. En Ecuador, las cifras de producción diaria de los pozos petroleros se transmiten de manera automática a un sistema especial (Scada).
Esta herramienta permite que desde un campo petrolero, ubicado en un sitio distante de la Amazonía, se remitan los datos en línea hacia el Centro de Monitoreo y Control Hidrocarburífero y Administración de Información (CMCH), que funciona en Quito.
Esta dependencia es parte de la Agencia de Regulación y Control de Energía y Recursos Naturales no Renovables. Desde este punto, los técnicos advierten paradas programadas o no previstas e incidentes durante el desarrollo de las operaciones para alertar y que intervengan los técnicos.
La aplicación de la nanotecnología, nanopartículas, de taladros robotizados y otros contribuyen también para que las intervenciones en esta industria tengan un menor tiempo de ejecución, una precisión más alta y así se pueda optimizar la producción de crudo, explicó Velásquez.
Las implicaciones
La aplicación de la IA y de tecnologías digitales en esta industria es clave para afrontar la transición energética, los bajos precios del crudo, la reducción de la demanda y las presiones ambientales, expresó Zapata.
Sin embargo, la adopción de estas nuevas herramientas es aún puntual, según el estudio de Operaciones digitales 2020 para energía: petróleo y gas, elaborado por la compañía PwC y cuyos resultados se presentaron en marzo de 2021.
De acuerdo con este informe, cerca del 70% de las petroleras más grandes a escala mundial se considera que está en un estado inicial de digitalización, contestaron sus ejecutivos a través de una encuesta.
El mayor avance de la digitalización se encuentra en las herramientas que procesan los datos y los analizan, es decir cumplen las funciones de Machine Learning.
Los líderes de esta industria anticipan, además, que las aplicaciones digitales generarán durante los próximos cinco años un aumento promedio del 10% en los ingresos debido al incremento de la producción y la reducción del tiempo de puesta en marcha de un proyecto. Además, se logrará una disminución del 8,5% en los costos, sostiene el estudio de PwC.
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