Los compradores abarrotaban el centro comercial Mall del Sol, en el norte de Guayaquil, el pasado sábado, en busca de descuentos y promociones. Foto: Mario Faustos/ EL COMERCIO.
Washington Paspuel. Redactor
El riesgo de caer en mora por el uso de tarjetas de crédito o por retrasos en el pago de préstamos de consumo se puede incrementar desde el primer mes del año, como resultado de los gastos incurridos en diciembre. En el país, el 50% del crédito de consumo se otorga a un plazo que va de 2 a 8 años. En el caso de los tarjetahabientes, alrededor del 20% incurre en gastos de entre USD 500 y 900.
Irene Macías, una empleada pública de 32 años, canceló la tarde del pasado lunes con su tarjeta de crédito los USD 62 que gastó por compras en una local de ropa ubicado en la avenida 9 de Octubre, en el centro de Guayaquil.
Canceló con crédito corriente. “Si es un monto pequeño, prefiero cancelar así, porque a plazos me suben más los intereses de la tarjeta”.
Además de los intereses que aplican las entidades financieras por concepto de mora, los establecimientos comerciales añaden una tarifa adicional, por cobranza. Ese rubro va de USD 3 a 18, dependiendo del valor del consumo. Ese rubro lo determina semestralmente la Superintendencia de Compañías.
Luis Cely, director de Crédito de Cobranzas de Covinco, una firma especializada en asesoría de crédito y cobranzas menciona que existe la tendencia al abuso de la tarjeta de crédito, que se traduce en deudas los primeros meses del siguiente año. “Cuando empiezan a vencerse las cuotas en febrero, marzo, la gente está ahogada, porque gasta sin planificación. Y resulta que en vez de disminuir su endeudamiento, lo que hacen es aumentarlo”.
Aunque Covinco no se especializa en cartera de consumo, Cely menciona que en el sector de los repuestos automotores, por ejemplo, ya se habla de un incremento del 30% en la mora, que viene desde hace dos meses aproximadamente. “Es una mora por devolución de cheques y postergamiento de pagos”.
Las firmas de cobranzas recurren a métodos como el arreglo extrajudicial y los centros de mediación, para el cobro de clientes que caen en mora, antes de llegar a un proceso judicial, que puede llevar años.
Miguel Carrillo, gerente de Medios de Pago del Banco del Pacífico, señala que el uso de las tarjetas de crédito es un termómetro de lo que ocurre en la economía. Sobre su uso hace una observación: “En diciembre sucede un fenómeno, la morosidad se reduce, porque el tarjetahabiente utiliza el decimotercer sueldo para cancelar más de lo usual y bajar sus saldos, para así aprovechar el crédito”. Banco del Pacífico asumió en septiembre pasado la administración de la tarjeta Pacificard, que a la fecha registra 515 000 tarjetahabientes. Carrillo menciona que la facturación por el uso de sus tarjetas se incrementa un 15% en diciembre.
Hasta octubre, los índices de morosidad se mantenían a la baja con relación a los meses previos. Según datos del Banco Central del Ecuador ese mes la morosidad se ubicó en el 3,58%. El mismo mes del año pasado fue del 5,08%.
Los clientes morosos ponen a trabajar a las empresas de cobranzas. Según las firmas de cobranzas, el porcentaje de personas que incurren en morosidad se incrementa entre un 10 y 15% entre enero y febrero, en promedio.
El crédito de consumo representa alrededor del 30% de la cartera total de la banca privada (bancos, mutualistas, emisoras de tarjetas). Es el segundo segmento de crédito más alto, después del comercial.
Marcos Quimí, propietario de la Mueblería Moderna, en el norte de Guayaquil, dice que las compras con tarjeta de crédito en su establecimiento suben un 20% en diciembre. “Generalmente un 40% de nuestros clientes compra con tarjeta, pero se eleva a un 60%, desde mediados de diciembre y hasta finales de enero del siguiente año. Este año notamos la misma tendencia”.
El Gobierno alertó en el 2012 de un sobreendeudamiento por el uso de tarjetas de crédito. El riesgo de un exceso de endeudamiento, según el Gobierno, afectaba a 400 000 familias. Un reporte elaborado por la Dirección de Estudios de la Superintendencia de Bancos determinó que entre el 2006 y el 2011 el número de clientes con deudas superiores a su capacidad de pago pasó del 23,8 al 46,6%.