Tener un equilibrio entre el tiempo y los resultados que se obtienen en el desempeño laboral, las responsabilidades familiares y los momentos libres que se destinan al ámbito personal es el anhelo de muchas personas, pero no siempre es tan fácil lograrlo y hacerlo de forma permanente.
Desde la llegada de la pandemia, las dinámicas de muchos trabajadores han cambiado, sobre todo de aquellos que han tenido que ejercerlo de manera remota.
En este caso, la oficina y la casa se desenvuelven en un mismo ambiente y esto dificulta la separación de los roles, aseguró Verónica Egas, directora del Centro de Psicología Aplicada de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE).
La experta aseguró que lo primero que se requiere para conciliar las diversas facetas es hacer una diferenciación física de los roles, generando espacios de trabajo en casa y respetando los de uso familiar o personal.
Luego, es necesario plantearse horarios y compromisos para no mezclar las diversas actividades.
Esto no siempre es sencillo ni permanente, aseguró Dayana Freire, analista hipotecaria, que hace casi dos años teletrabaja.
Al inicio, esta profesional se sintió agobiada por la excesiva carga laboral y trabajaba hasta altas horas de la noche. Con organización, pudo manejar mejor sus labores, pero nuevamente tuvo problemas con la llegada de su bebé, ya que tenía que destinar tiempo para su atención y las tareas del hogar.
Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), desde inicios de la pandemia se ha evidenciado una sobrecarga de trabajo doméstico y de cuidados para las mujeres, lo que dificulta su desempeño laboral o su incorporación en este mercado.
Freire admite que no podía manejar las dos responsabilidades y tuvo que solicitar el apoyo de una trabajadora del hogar, que antes colaboraba unos días en la limpieza, y luego tuvo que incorporarse en jornada completa, principalmente para ayudar en los cuidados de la bebé.
Uno de los aspectos que no permite alcanzar la conciliación es el no saber soltar responsabilidades y delegar tareas, asegura María Cecilia Holguín, socia y cofundadora de Grupo Lila, una empresa enfocada en el desarrollo integral de la mujer.
En el caso de parejas, la experta recomienda que se ejerza el derecho de la responsabilidad compartida de tareas y, si hay hijos, de la responsabilidad paterna. Esto para que las madres trabajadoras no sean las únicas que cumplan con las labores del hogar.
En general, cuando las personas no logran la conciliación y dedican demasiado tiempo y esfuerzos a solo una de las facetas de su vida se genera frustración.
Según Egas esto genera problemas emocionales como cansancio extremo, ansiedad, depresión, trastornos alimenticios, trastornos del sueño, entre otros.
Es por eso que la experta sugiere que los cambios de dinámicas se logren desde pequeñas acciones. Por ejemplo, no contestar mensajes laborales en las horas de almuerzo o de receso.
Y, en caso de que los problemas sean persistentes, hablarlos con los empleadores, las familias y buscar ayuda profesional.
Freire asegura que diariamente trabaja en su equilibrio personal. Ella termina su trabajo a la hora que debe hacerlo, luego se dedica al cuidado de su hija y ha organizado su tiempo para tener reuniones virtuales con amigos o compañeros de trabajo. Asegura que eso le ayuda a estar más activa y a sentirse bien consigo misma.
Consejos
- Organice sus tareas profesionales y familiares de forma diaria o semanal. Recuerde dejar tiempos, aunque sean pequeños, para actividades de esparcimiento o de cuidado personal. Esto ayudará a que no se agobie en el día a día.
- Priorice sus tareas y fije horarios para cumplirlas. De esta forma no dedicará demasiado tiempo a una sola faceta. Es importante poner límites y comentar sobre ellos a las personas involucradas: familiares o colegas.
- Forme una red de apoyo dentro de su hogar y fuera de él, para que puedan ayudarle con algunas tareas. Es importante que aprenda a delegar actividades, sobre todo en el campo profesional y que pida ayuda cuando se sienta sobrecargado.
Puntos de Vista
“He tenido que construir redes de apoyo para mi equilibrio”: María Cecilia Holguín, Socia de Grupo Lila
Lograr la conciliación laboral y familiar es difícil. Lo que me ha servido a mí es poner sobre la mesa todas las obligaciones que tengo que hacer y organizarlas de forma diaria o semanal. También me ha ayudado identificar cuáles son las tareas que me corresponden y cuáles son responsabilidad de otros. En el caso de que no pueda con todas mis actividades, he aprendido a construir redes de apoyo con mis familiares o amigos para que me puedan ayudar. Las mujeres hemos tenido que buscar estrategias para incursionar en diversas facetas. Es necesario que exista una visión y nos planteemos objetivos en el trabajo y nuestra vida personal, para que nuestras acciones estén encaminadas a cumplir con todas esas metas.
“Hay que ser conscientes de lo que nos está afectando”: Verónica Egas, psicóloga y docente
La conciliación requiere de una organización física de los espacios y tiempos, que repercute en lo emocional. Las personas necesitan descansar y cambiar de actividades para tener un mejor desempeño físico, afectivo y mental. Cuando no hay esos cambios y estamos dentro de una misma dinámica, se registran diversas afecciones y trastornos. Es importante saberlo manejar; primero siendo conscientes de lo que nos afecta y luego comunicándolo, para requerir ayuda, de ser el caso. Hay gente que se satura y no puede funcionar en ningún aspecto de su vida; en esos casos, es necesario buscar ayuda profesional para salir de ese problema.