Graiman, en Cuenca, emplea diésel y gas natural para sus procesos productivos. Foto: Xavier Caivinagua para EL COMERCIO
Las fuentes alternas de energía para reemplazar el diésel industrial no son una opción para las empresas en el corto plazo.
Para el sector industrial, el diésel es un recurso energético importante. En promedio, al año se emplean 212,4 millones de galones de este combustible, según la Cámara Nacional de Distribuidores de Derivados de Petróleos del Ecuador (Camddepe).
Esto le convierte en la segunda actividad económica que más demanda este derivado. La primera es el transporte.
El diésel se emplea en la producción de cerámica, cartón, papel, camarón, pesca y otros sectores, que en el corto plazo deberán seguir usando este derivado, pese a que está previsto que este jueves 6 de septiembre del 2018 el Gobierno anuncie el nuevo precio de este combustible.
Eduardo Jurado, secretario General de la Presidencia, mencionó en días pasados que el incremento del precio del derivado para estas actividades se realizará de forma gradual (en tres fases), hasta alcanzar el valor internacional de USD 2,20 por galón.
Esto, según Pablo Zambrano, presidente de la Cámara de Industrias de la Producción (CIP), afectará a la competitividad del sector productivo. Pero no cuenta con otras opciones inmediatas en el país para reemplazar este combustible.
En la Aqua Expo, en julio pasado, se presentaron equipos eléctricos para camaroneras. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO
Cambiar de fuente de energía demanda tiempo. En Cuenca, los industriales de la cerámica que optaron por emplear gas natural tardaron dos años y medio en adaptar sus procesos. Pese a ello, no dejaron de usar diésel. Andrés Robalino, director ejecutivo de la Cámara de Industrias, Producción y Empleo, mencionó que debido a que la producción de gas natural es menor a la demanda se debe seguir usando diésel.
Actualmente, el país produce 32,2 millones de pies cúbicos diarios de este hidrocarburo, pero la demanda proyectada para el siguiente mes es de 89 millones de pies cúbicos.
Petroamazonas busca inversión para ampliar la producción de este recurso en el Campo Amistad e importar gas natural desde Perú. Sin embargo, concretar la compra del hidrocarburo podría tomar, al menos, hasta el 2020, explicó el gerente de la firma, Álex Galárraga.
En el sector eléctrico, a pesar de que Ecuador tiene una capacidad de producción energética superior a la demanda, esto no es suficiente.
Para pasar del diésel a la energía eléctrica, por ejemplo, se requiere una infraestructura diferente y en ciertas zonas, ni siquiera se cuenta con torres de transmisión de electricidad, sostuvo Zambrano.
José Antonio Camposano, presidente de la Cámara Nacional de Acuacultura (CNA), agregó que los pequeños y medianos camaroneros del país, que representan el 85% de las fincas, son los más afectados, porque el cambio de tecnología es una alternativa que solo está al alcance de las grandes firmas camaroneras. Estos últimos podrían financiar por su cuenta la instalación de redes de distribución eléctrica que se necesitan en zonas rurales.
En julio pasado, el Gobierno anunció que emprenderá un plan de cuatro años para la electrificación de fincas camaroneras. Para ello, el Estado se comprometió a invertir USD 200 millones y el sector privado 550 millones, para electrificar 100 000 hectáreas.
Sin embargo, Camposano considera que el plan no es viable para cuatro años y dice que no hay avances, pese a que se viene hablando de esta idea desde el 2014.
Para financiar el cambio de equipos que se usan tradicionalmente por máquinas eléctricas o instalar infraestructura, la CIP sugirió gestionar créditos con multilaterales.
Otro elemento que se debe analizar, antes de decidir qué fuente de energía se usará, son los procesos que se desarrollan en las industrias. El sector pesquero se queda sin alternativas de sustitutos, debido a que “los barcos no pueden funcionar con electricidad o con paneles”, acotó Patricio Alarcón, presidente del Comité Empresarial Ecuatoriano (CEE).
Por esto, Eduardo Rosero, presidente de la Asociación Ecuatoriana de Energía Renovable y Eficiencia Energética, dijo que el cambio de fuentes de energía en las industrias es un proceso paulatino para no impactar a la competitividad.