El Fondo Monetario Internacional (FMI) descartó ayer una fuga de capitales de América Latina, frente a los nuevos reveses de las economías más avanzadas. “Dudo que haya un incentivo para ello”, dijo el director para el Hemisferio Occidental del FMI, Nicolás Eyzaguirre, en Washington, en el marco de la cita anual del organismo y del Banco Mundial que concluye hoy.
Según Eyzaguirre, es cierto que la “lluvia” de flujos de capital que se vio hace meses “está parando”. Pero “dudo realmente que vaya a haber una sequía”. “Lo que es posible es que esta entrada a borbotones de capital se torne más modesta, pero nuestro escenario de referencia es que los altos precios de las materias primas y la entrada de capital permanezcan a corto y medio plazo”, agregó.
Según el FMI, América Latina está en una “situación sólida” para enfrentar posibles vientos en contra. “Si antes con un resfrío en las economías avanzadas nosotros agarrábamos una pulmonía, esta vez la pulmonía está en los países avanzados y nosotros vamos a agarrar un resfrío”, explicó.
Otra cosa es que el menor peligro que corren los países de la región no significa que no haya que estar preparado, alertó. “Sólido no significa siempre inmune”.
Mientras tanto, las promesas del grupo de países avanzados y emergentes (G20) de coordinar esfuerzos para evitar una crisis no levantaron los ánimos de los mercados ayer, muy volátiles ante las perspectivas de la economía mundial. “Si no se produce una acción colectiva rápida, corremos el riesgo de perder la batalla del crecimiento”, declaró ante los Estados miembros del FMI su directora gerenta, Christine Lagarde.
El G20, reunido en Washington, emitió inesperadamente un comunicado anteanoche, en el que prometió una respuesta “fuerte y coordinada” a la crisis.