Entrevista del día a Pankaj Ghemawato, catedrático de Estrategias Globales de la Universidad de Navarra, España.
La crisis que empezó en el 2008, ¿es un golpe para el proceso de globalización o es connatural a dicho proceso?
La economía global ha venido pasando por crisis financieras por 200 años y, ciertamente, han existido puntos de inflexión, pero decir que se trata del fin de la globalización me parece una exageración. Estoy más preocupado porque, como resultado del impacto de la crisis financiera en la economía real, en muchos países occidentales los altos niveles de desempleo generan grandes presiones para aplicar políticas proteccionistas.
Las crisis reflejan desbalances, fallas de mercado…
Ante las fallas de mercado, ¿la globalización mejora o empeora las cosas? La respuesta básica es que la mejora. Salvo dos advertencias que son la volatilidad del capital y los consecuentes desequilibrios que genera.
En el siglo pasado, Argentina generó tres crisis globales con sus cesaciones de pagos, así que la decisión que encaramos es la siguiente: ¿cómo gestionar mejor los flujos de capital? Pero en términos de flujos de productos, servicios, información y personas, es mucho más lo que hay que ganar incrementando estos flujos que reduciéndolos. Los flujos de capital de corto plazo deben ser controlados, y los mercados financieros deben ser regulados.
La crisis actual está impulsando las medidas proteccionistas en el mundo. ¿Qué deberían hacer los países desarrollados frente a ello?
Para empezar, levantar las medidas proteccionistas. Una de las mayores preocupaciones es la inequidad del ingreso. La noción de que el mercado determina una distribución particular del ingreso es algo que la mayoría de los economistas no doctrinarios han rechazado. La redistribución es dictaminada por políticas públicas. Me preocupa mucho la inequidad en EE.UU., que se está elevando hasta niveles no vistos desde 1920. Por otro lado, se debe reconocer que EE.UU. es una de las economías menos integradas del mundo desarrollado y que está muy desconectada como para echarle la culpa de su situación a la globalización y no a las políticas sociales que desde Reagan en adelante hicieron reformas profundamente regresivas.
Muchos critican que las corporaciones de EE.UU. produzcan en China y argumentan que eso debilita el empleo y es un efecto de la globalización…
La semana pasada estuve en la reunión del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC por sus siglas en inglés). Quedaron atónitos cuando mostré que el peso de las importaciones desde China en el consumo de un hogar estadounidense fluctúa entre 1% y 1,3%. Eso pone en perspectiva el asunto de cuánto empleo podría crear EE.UU. si decidiera prohibir las importaciones desde China, casi nada. Los problemas de EE.UU. son domésticos.
Entonces, ¿cómo se puede acabar con la crisis?
Es necesaria una limpieza financiera. Estoy sorprendido de que la mayoría de países sean reacios a reestructurar el sistema financiero. Lo que uno percibe es que de lo que se trata es de evitar que los bancos registren pérdidas. Y creo que en Japón tenemos un ejemplo de lo que pasa cuando se elige mantener un sistema financiero técnicamente solvente sin reestructurarlo: dos décadas de bajísimo crecimiento. Mi perspectiva en esto se parece a la de Winston Churchill: “Prefiero tener unas finanzas un poco menos orgullosas, y una industria un poco más segura, que al revés”. Por eso, los gobiernos deben convertir a la economía real en su prioridad y reestructurar el sistema financiero en lugar de tratarlo como un objetivo en sí mismo.
¿POR QUÉ ESTÁ AQUÍ?
Hoja de vida. Nació en la India. Tiene 52 años.Es Ph.D de la Universidad de Harvard en Economía de los Negocios y es profesor de la universidad de Navarra en España.
Su punto de vista. El proteccionismo no ayudará a las naciones a salir de la crisis económica sino el saneamiento financiero.