China es el principal actor en la industria del acero. La producción mundial de este rubro alcanza los 1 882,6 millones de toneladas al año, de las cuales 1 005 millones provienen de esta potencia asiática.
Estados Unidos consume cerca de 80 millones de toneladas, mientras que Latinoamérica, incluido México, suma otros 70 millones.
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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la imposición de aranceles del 25 % a todas las importaciones de acero y aluminio, sin excepciones para países aliados.
Esta medida, que entrará en vigor el 12 de marzo, afectará a naciones como Canadá, México, Brasil, China, Alemania y Japón, entre otras.
Trump justificó la decisión alegando la necesidad de proteger la industria nacional y abordar prácticas comerciales desleales.
Cualquier decisión que adopte China afecta a la economía mundial, señaló el director de la Asociación Latinoamericana del Acero, Ramiro Garzón.
La industria del acero en Ecuador
Garzón, quien también es gerente general de Novacero, señala que los grandes productores de acero de la región, como México y Brasil, han dejado de vender al mercado latinoamericano.
Ecuador era un comprador importante de Brasil. Según él, a Ecuador le convenía adquirir acero de Brasil debido a la cercanía, ya que el tiempo de entrega era más corto en comparación con importaciones desde China o Japón.
“Cuando debemos comprar a países asiáticos o europeos, es necesario planificar el suministro con hasta seis meses de anticipación. Las navieras prefieren transportar otro tipo de carga, menos pesada y con mayor rentabilidad”, explica Garzón.
En el mercado del acero, existen dos grandes categorías: largos y planos. En la primera categoría se encuentran las varillas de construcción, mallas, elementos perfilados y alambrones.
En Ecuador, estos productos se elaboran a partir de chatarra. Aproximadamente el 50 % de la chatarra se genera en el país, mientras que el resto proviene de Estados Unidos, Chile y Centroamérica.
La segunda categoría corresponde a los planos, que incluyen bobinas con productos laminados en frío o caliente, galvanizados, entre otros. En este caso, podría existir una afectación en el mercado.
“Estados Unidos paga muy bien por las materias primas”, afirma Garzón. Explicó que consultó a empresarios latinoamericanos sobre las razones por las cuales no venden a Ecuador, y la respuesta fue que otros mercados ofrecen entre 200 y 250 dólares más por tonelada.
Con la aplicación de los aranceles en Estados Unidos, los vendedores de Brasil y México podrían buscar nuevos mercados como Ecuador. “El precio del acero no bajará, ya que eso depende de China, pero sí podría haber una diversificación en los mercados”, concluye Garzón.
Precios del acero y consumo nacional
Garzón señala que, en la actualidad, la varilla de construcción tiene un valor superior a 1 000 dólares por tonelada. Los productos con mayor valor agregado, como la tubería o los galvanizados, oscilan entre 1 150 y 1 600 dólares.
Ecuador atraviesa un período de estancamiento económico. Según Garzón, la construcción ha sido una de las actividades más afectadas debido a la falta de inversión pública, aunque el sector privado se ha mantenido activo.
El país consume aproximadamente 1,72 millones de toneladas de acero al año, por lo que su impacto en el mercado mundial es limitado. El 60 % de las importaciones de acero como materia prima proviene de China, Japón y Corea del Sur, mientras que el 40% corresponde a producción local.
Actualmente, Ecuador importa 35 000 toneladas mensuales de chatarra desde Estados Unidos y otros países.
Según Garzón, si Estados Unidos impulsa su industria y se instalan más acerías o laminadoras, la disponibilidad de chatarra disminuirá y su precio aumentará. Ante este escenario, advierte: “Ecuador tendrá que buscar provisiones en otros países”.
Guillermo Pavón es director general de la Federación Ecuatoriana de Industrias del Metal (Fedimetal). Según él, Estados Unidos es el segundo socio comercial de las empresas afiliadas a su organización.
Estas empresas exportan 340 millones de dólares al año en productos relacionados con los metales. Cerca del 18 % de este total tiene como destino el mercado estadounidense, lo que representa aproximadamente 61,2 millones de dólares.
La mayoría de las ventas a Estados Unidos están relacionadas con conductores eléctricos vinculados con el cobre, los cuales no están afectados por los aranceles.
Pavón señala que solo el 25 % del total de ventas a Estados Unidos está relacionado con el acero, lo que representaría unos 15 millones de dólares.
Él explica que la mayoría de los productos relacionados con el acero ya pagan un arancel que oscila entre el 5 % y el 6 % para ingresar a Estados Unidos.
“La medida adoptada por el presidente Trump está orientada a proteger la industria siderúrgica estadounidense. Se enfoca principalmente en la importación de productos planos y largos, como perfiles y barras”, afirma Pavón.
Además, recuerda que no es la primera vez que Trump aplica este tipo de aranceles al acero. En su momento, el impacto en Ecuador no fue significativo, ya que el volumen de exportaciones de acero hacia Estados Unidos es relativamente bajo.