Carlos Marx Carrasco cambia de faceta en su vida pública. Tras siete años defendiendo su “evangelización tributaria”, el ahora exdirector del Servicio de Rentas Internas (SRI), Carlos Marx Carrasco, arrancará su nueva etapa, desde el próximo lunes, como ministro de Relaciones Laborales, desde donde llevará la misma estratégica a este nuevo campo.
“De la cultura tributaria estamos pasando a la cultura laboral. Y la ‘cultura’ es lo más duro de cambiar. En el ámbito laboral también existen dos lados de la moneda: las obligaciones y los derechos”, dice Carrasco.
Por ello, el funcionario, esboza que la “evangelización laboral” apuntará hacia el cumplimiento estricto de estas obligaciones. “Y esto ocurre por el lado del trabajador, pero también por el lado del empleador. Este último no puede exigir de sus colaboradores que ‘de sol a sol’, doblados el lomo, trabajen, trabajen y trabajen para aumentar la productividad, etc.”.
Aunque no ahondó más en su plan de trabajo para la cartera que hasta la semana anterior ocupaba Francisco Vacas, en varias ocasiones mencionó que el Fisco queda en “buenas manos, queda en familia”, refiriéndose a la amistad que mantiene con la nueva directora del SRI, la cuencana Ximena Amoroso.
Grecia Logroño, directora de la Red Talento Humano, una organización que agrupa a más de 4 000 profesionales de gestión de Talento Humano con sede en Guayaquil, asistió a la rendición de cuentas para conocer de primera mano su posición ante el nuevo reto.
Según esta especialista laboral, la principal expectativa en este escenario es qué pasará sobre el diálogo entre todos quienes están vinculados, al sector: autoridades, empleadores, gestores de talento humano y empleados. Esto siempre ha sido una complicación.
Para el mediano empresario Federico Arias, la presencia de Carrasco en la cartera laboral impondrá mayor presión para las empresas que no cumplen con las obligaciones. “La experiencia lograda en el SRI le facilitará el camino para el control y sanción. Él sabe cómo hacerlo. Creo que se pondrá mayor énfasis en los riesgos del trabajo, en las afiliaciones de los empleados”, señala.
De igual manera, la pequeña empresaria María Augusta Dávila, explica que, tal como aplicó en el SRI, las demandas laborales serán el fuerte de su gestión. “Hay cientos de demandas. Creo que ahí habrá un trabajo por explotar”.
De hecho, al solicitar una ampliación sobre la ‘cultura laboral’ que llegará a plantear en el Ministerio de Relaciones Laborales, Carrasco indicó que se debe “evitar los conflictos y si se presentan resolverlos”.
Mientras tanto, el exfuncionario del SRI, antes de ocupar su escritorio, desarrolla durante esta semana un periplo por distintas ciudades dando a conocer su éxito. Entre ello está el haber prácticamente triplicado la recaudación tributaria.
Además, deja una estela detrás de impulsar cambios en las reglas de juego, al menos en dos ocasiones al año. Y, poner mano dura para el cobro de deudas con grandes empresas.
En contexto. En siete años, el ahora ex Director del Servicio de Rentas Internas (SRI) casi triplicó los ingresos tributarios. Él se autodenominaba un “evangelizador tributario”. Pero aunque las cifras crecieron, hay la sensación de mayor presión fiscal.
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